Fuente: Telam ~ En Argentina, el 65% de las personas tienen problemas para conseguir ropa de su talle, lo que impacta en su salud emocional en un contexto de pandemia por coronavirus que incrementó el uso de redes sociales, espacio donde mas del 50% de las mujeres afirmaron que su percepción corporal cambió de manera negativa durante la cuarentena.
Dos estudios, uno sobre talles de ropa y calzado realizado por AnyBody Argentina, y una encuesta de profesionales y estudiantes de la Universidad de Buenos Aires (UBA) sobre la percepción corporal de las mujeres en pandemia a través de Instagram, arrojaron datos que demuestran cómo afecta a las personas la discriminación por el aspecto de sus cuerpos.
La organización internacional AnyBody fue creada en 2003 por la psicoterapeuta Susie Orbach en Londres para prevenir «el deterioro de la salud física y mental de personas al intentar lograr una ‘perfección’ física irreal e imposible».
El 46% de las mujeres afirma que la percepción de su imagen corporal cambió de manera negativa durante el aislamiento social”
Candela Yatche
Desde 2012 realiza su encuesta en Argentina, la que este año reveló que casi el 65% de las personas tienen problemas para conseguir ropa de su talle.
«En términos generales, esta cifra sigue constante a través de todas nuestras encuestas», explicó la organización. De ese porcentaje, el 94,8% usa ropa de mujer y el 5,2%, de hombre.
Otro dato es que más del 80% de quienes respondieron el cuestionario expresaron que encuentran la ropa que desean en talle único siempre (el 38,58%) y frecuentemente (el 43,76%).
Con un 56%, los jeans o pantalones son las prendas que traen más dificultades a la hora de conseguir talle.
Y en relación al calzado, 23,94 % de personas encuestadas dijeron tener dificultades para conseguir su número, siendo el 40, el mas dificultoso para ellas y ellos.
De las 8025 respuestas que recibieron de personas de entre 12 y 88 años, el 46,9% respondió que el no encontrar talles les lleva a cuestionar su cuerpo y que el sentimiento más recurrente que les genera «es tristeza porque el cuerpo no encaja en la ropa deseada».
«Y todo esto perjudica la salud mental y emocional de las personas», aseveraron desde AnyBody.
Coincide el estudio que lideró Candela Yatche, estudiante de psicología que integra el equipo de prevención en trastornos de la conducta alimentaria que coordina Guillermina Rutztein, de la UBA.
Desde este espacio, Yatche, con la colaboración de la licenciada en Psicología Julieta Sanday realizó una encuesta en Instagram, donde a través de su cuenta @bellamentearg se ha convertido en una activista por la diversidad corporal.
«El 46% de las mujeres afirma que la percepción de su imagen corporal cambió de manera negativa durante el aislamiento social», contó a Télam la también autora del libro Bellamente.
Del relevamiento participaron 6596 personas que se autoperciben como mujer de entre 18 y 35 años.
«Más de la mitad siente emociones negativas (frustración, angustia, ansiedad, enojo, aburrimiento, envidia) después de mirar Instagram y comparan frecuentemente su apariencia física con las personas» que aparecen en esa red social, afirmó Sanday.
Es más: el 86% reconoció que alguna vez se sintió mal con su cuerpo después de ver una publicación en Instagram, de las cuales el 62% era de una influencer o celebrity.
«El 55% de las mujeres dijo que después de ver una publicación en Instagram de lo que consideran como un cuerpo «ideal», se encuentran visitando páginas para cambiar partes de su cuerpo», contó Yatche.
Los resultados fueron compartidos por el equipo en redes «donde nos mencionaban que no les sorprendían los datos, pero que si les daba tristeza que esté naturalizada tanta insatisfacción corporal», añadió.
«A partir de este estudio compartimos el ejercicio de hacer una limpieza en redes para seguir a cuentas que nos nutran y nos hagan sentir bien con lo que somos», sugirió la futura psicóloga.
Y desde AnyBody recordaron que el 20 de noviembre del 2019 «luego de muchos años de lucha», una petición de Change.org con «más que 50.000 firmas y asesorando a diputades y senadores, conseguimos que se apruebe un proyecto de ley nacional de talles.
Soy modista y trabajo talles grandes. Vivo en el interior de la provincia de Santa Fe. No es fácil llegar a las grandes marcas para que ésto se revierta.