Fuente: La Nación ~ Hace cuatro años apostaron a la industria textil y ahora llegaron al Paseo Alcorta con el nombre de Oklan y también tienen una línea de venta al por mayor
Arrancó como un hobby entre hermanas, casi un juego, un intento de proyecto de indumentaria. Hoy es cosa seria, emplean gente, tienen más de una marca, un local en el shopping Paseo Alcorta y una idea muy clara: no es más sólo un divertimento. Julieta Roij tenía 21 años y una corta experiencia laboral en la marca de ropa de su prima. Renunció sin saber que quería hacer, y mientras estaba de vacaciones en Punta del Este se encontró con el tradicional negocio de Manos del Uruguay, que hace años fabrican ponchos y ruanas artesanales. Pensó que hacía falta un equivalente en la Argentina para comprar esos tejidos, que le quedaban bien a todo el mundo y se estaban poniendo de moda. Se lo comentó a su hermanita, mientras pensaba en buscar un socio, alguien con más experiencia. «Yo le decía «acá estoy, mirame a mí, elegime», cuenta Sol, la hermana menor que en ese momento tenía sólo 18 años y el mismo reclamo que cuando jugaban a las muñecas. Julieta finalmente aceptó y decidió que iba a mandar a fabricar una pequeña tanda para vender entre conocidos y amigos, cuando Sol tuvo el primer «no». «Si lo querés hacer conmigo necesitamos un logo, una marca, una etiqueta y hacerlo bien», pidió la reciente socia.
Desde ese primer día los roles estaban claros: Julieta tenía la cabeza puesta en la producción y Sol en el marketing y, sobretodo, en hacer crecer el negocio. La primera tanda fue de 200 ponchos y ruanas. Con cero conocimientos de confección de las prendas, el primer intento fue de la mano de un amigo textilero que las acompañó a buscar alguien que se encargue de la fabricación. «Trabajamos de lunes a lunes, teníamos el respaldo de contar con la ayuda de nuestro papá pero nos lo tomábamos muy en serio porque a medida que íbamos creciendo era un compromiso mayor», comentó Sol. Empezaron por vender a conocidos, y de recomendaciones boca en boca. Se aventuraban a contactar influencers para crecer su canal online. Un día alguien las contactó para revender Oklan en el interior y fluyen las anécdotas de apuestas, aciertos y obstáculos de su crecimiento, como cuando las estafaron con un pedido grande o cuando se les ocurrió abrir un showroom, o las cenas familiares que sucedían con la computadora de por medio mientras entraban pedidos que querían resolver.
El gran salto fue hacerse un lugar en Alcorta Shopping. «No teníamos ni un empleado y estábamos por abrir a un shopping que abre todos los días de 10 a 10», contó Julieta. En abril de 2017 inauguraron el stand y de a poco fue creciendo en ventas. Las ruanas eran el producto ideal para el espacio por que no necesitan un probador «Teníamos las clientas, pero necesitábamos agrandar el ticket», contó Sol acerca de cómo se les ocurrió ampliar la gama de productos. El local ayudó a formalizar procesos, costos y tiempos. Hoy tienen cinco empleados y una nueva marca que no se vende en el local. «Love Kelly», que ofrece productos similares pero apunta a un público con menor poder adquisitivo, vende tanto al por mayor como en el canal de ventas online. «Lo que nos dimos cuenta es que las crisis generan oportunidades porque se caen grandes y chicos y hay lugar para que avancen otros», reflexionó Julieta acerca de arrancar en un mal momento económico. «Construir una marca desde cero lleva tiempo, y aunque el contexto no ayude, al principio hay tanto por hacer que puede haber un crecimiento».
- Estudios: Sol estudió dirección de empresas en la Ucema
- Marcas: Oklan y Love Kelly
- Edad: Julieta tiene 25 años y Sol, 23
- Comenzaron de cero en el negocio en 2015 y hoy cuentan con dos marcas de indumentaria, trabajando tanto con shoppings como con la venta al por mayor.
Espectacular!!! fuerza chicas,asi se hace;son ejemplos para la juventud!!!