Fuente: Clarín – Vendedores y manteros que hacía ocho años ocupaban las veredas de la estación Constitución fueron desalojados este viernes en un operativo que dispuso el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Los 205 vendedores fueron desalojados este viernes en un operativo que comenzó alrededor de las 6 de la mañana y del que participaron Policía de la Ciudad y personal de Ministerio de Espacio Público junto a inspectores de la Dirección de Fiscalización y la Agencia Gubernamental de Control (AGC).
Las autoridades actuaron sobre todo el perímetro de la estación, sobre las calles General Hornos, Lima, avenida Juan de Garay, Salta y O´Brian. Allí, los manteros vendían ropa -incluso camisetas y conjuntos deportivos de equipos de fútbol y de la NBA-, calzado y accesorios de moda, además de dispositivos de tecnología como auriculares y parlantes.
«Son acciones para recuperar el orden en el espacio público y para darle seguridad y tranquilidad a todos los vecinos», dijo Jorge Macri, jefe de Gobierno porteño.La estación Constitución después del operativo de retirada de manteros.
«Acá había más de 200 puestos que se instalaban todos los días, algunos con mantas en el piso, otros son vendedores ambulantes no habilitados, y todo eso muchas veces esconde detrás el accionar de redes que los utilizan para la venta ilegal o para la venta de cosas robadas«, agregó Macri.
El jefe de Gobierno de la Ciudad se refirió a la medida como «una manera de cuidar al comerciante que hace un gran esfuerzo alquilando un local y pagando sus impuestos” y remarcó que los emprendedores o feriantes pueden ofrecer sus productos en las ferias de la Ciudad.
Hace menos de un mes, una medida similar en la estación de Retiro
Desde el Gobierno de la ciudad remarcaron que la venta de mercadería sobre las veredas es ilegal y refirieron que la intervención incluyó acciones de limpieza y puesta en valor del área afectada.
La medida llega casi un mes después de otra similar, tomada en febrero de este mismo año pero en la estación de Retiro, donde hace más de cinco años funcionaba una feria ilegal.
La “Feria Informal Perette” tenía una extensión de 300 metros y más de 600 puestos en los que se vendían «todo tipo de productos, de procedencia desconocida», según informaron fuentes del gobierno porteño en esa oportunidad. Era una calle ocupada, que iba entre la avenida Antártida Argentina y la calle Rodolfo Walsh.
En esa zona, y según pudo corroborar Clarín, la venta de mercadería trucha y robada convivía con puesteros que ofrecían desde ropa usada hasta artículos de electrónica y vajilla.