Fuente: La Nación ~ El ministro de Producción justificó el cambio en las reglas de juego de las exportaciones y dijo que para que haya estabilidad macroeconómica es imperioso reducir el déficit fiscal.
El ministro de Producción justificó el cambio en las reglas de juego de las exportaciones y dijo que para que haya estabilidad macroeconómica es imperioso reducir el déficit fiscal Crédito: Hernán Zenteno.
Hace solo semanas, a fines de mayo, Dante Sica describía como «héroes» a los empresarios argentinos, a quienes conoce casi familiarmente desde hace años por su antigua vida de consultor privado. Ahora, en medio de la «tormenta» -para usar el eufemismo oficial- comenzó la hora de cierto desencanto.
«Algunos sectores empresariales no ven que la estabilidad macroeconómica depende de la baja del déficit fiscal», afirmó en una entrevista con LA NACION. «Esta readecuación de reintegros no pone en situación de peligro o supervivencia a ningún sector industrial y, mucho menos, a sectores en los que la Argentina ya tiene altísimas ventajas competitivas», agregó el ministro de Producción. La justificación oficial surge de la mejora del tipo de cambio para exportar, el impacto que tendrá el año que viene la reforma tributaria en los balances empresariales y la urgente necesidad de llegar a un equilibrio fiscal para no obstaculizar el arribo de los dólares del FMI.
-¿La baja de reintegros es un «misil al valor agregado», como dijo el presidente de la UIA?
-Es difícil pensar que esta readecuación de los reintegros deje en una situación de debilidad o les impida mantener la dinámica de exportaciones hacia adelante a sectores, como muchos de los industriales, que ya son grandes exportadores. Sí pueden aludir que era una medida que no la esperaban, por lo menos este año, y que puede afectar los negocios de corto plazo desde el punto de vista del cambio de reglas de juego; eso lo asumimos, pero por necesidad. Hoy la prioridad, y lamentablemente no es compartida por el sistema político y los gobernadores, es el esfuerzo para alcanzar un acuerdo presupuestario para 2019, que nos permita mantener la baja del déficit fiscal. Algunos sectores empresariales no ven que la estabilidad macroeconómica depende de la baja del déficit fiscal. Entiendo que la falta de información generó una sobrerreación. Esta readecuación de reintegros no pone en situación de peligro o supervivencia a un sector industrial, y mucho menos, a sectores en los que la Argentina ya tiene una altísima ventaja competitiva.
-¿Por qué se tomó esta medida?
-El comunicado hablaba de un criterio general y eso generó quizá más inquietud. Estamos trabajando con el Ministerio de Hacienda y Finanzas y con todo el Gobierno en la necesidad de cumplir con el equilibrio fiscal. Es claro que la consistencia macroeconómica es la única alternativa para poder sostener una microeconomía exitosa. Estamos comprometidos en todas las áreas de gobierno para hacerlo y hemos trabajado en este proceso de rebaja de reintegros y readecuación tratando de tener criterios en función de las cadenas productivas. Hubo dos criterios globales que nos cambiaron el contexto. Por un lado, hemos tenido una mejora del tipo de cambio real multilateral muy fuerte. En 2016, cuando el tipo de cambio estaba atrasado hubo un reacomodamiento de reintegros. Hoy, el tipo de cambio real multilateral comparado con 2014 y 2015 está un 25% arriba. Ha recuperado el atraso con respecto a fines del año pasado. La misma auditoría del artículo IV del Fondo lo había puesto como un tema a resolver. Hoy estamos en un contexto distinto. El pass through es mucho más bajo de lo que ha sido en recesiones anteriores y esto nos permite ver una buena coyuntura. Segundo, tomamos en cuenta también el impacto de la reforma fiscal, que el año que viene va a significar una mejora de 1,5% con relación al PBI por la baja de los impuestos a los débitos y créditos, y de ingresos brutos.
Fuente: Archivo – Crédito: Hernán Zenteno
-¿Cómo afecta a los sectores?
-Fuimos con una baja más fuerte en sectores con industrias más extractivas, de insumos, donde no es que no agreguen valor, pero los eslabonamientos son más cortos. El impacto tributario de las distintas jurisdicciones es menor. Son empresas más grandes. Ahí están aluminio, acero, pesca minería, combustibles y aceites. Fuimos a una baja más importante. Después, prestamos más atención a los sectores donde hay más entramado pyme o donde en general tenés más transacciones en el proceso productivo, donde la carga tributaria es un poco mayor. La disminución del reintegro fue menor a la del promedio. Son algunas actividades que se orientaron más al mercado interno y que fueron muy demandantes de protección, pero que en esta coyuntura pueden tener una mayor salida exportadora. Allí mantuvimos el nivel de reintegros, como es el caso de los rubros textil, hilados, tejidos, confección, calzado, instrumentos musicales o biotecnología. Lo mismo en economías regionales. Además, allí apostamos a la automaticidad del reintegro.
-Esto era algo que se analizaba cuando fue a la UIA…
-Cuando fui a la UIA no estaba esto arriba de la mesa.
-Ya sonaba el tema…
-Nunca se pensó en la discusión de eliminar los reintegros. Era básicamente hacer una readecuación. Pero en ese momento, en la discusión con Hacienda, no era un tema que estuviera puesto sobre la mesa.
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