Fuente: Clarín ~ En tiempos de pandemia, la evidencia científica tiene idas y vueltas constantes. Muchas “certezas” pierden vigencia de un momento a otro y dan lugar a otras “más certeras”. Y así, una teoría que podía resultar absolutamente impensada para prevenir el contagio del coronavirus, de pronto se convierte en regla imprescindible, y hasta obligatoria. Un ejemplo de esto es la ropa que usamos.
Se ha hablado mucho, sobre todo cuando llegó la pandemia en Latinoamérica, que convenía dejar los zapatos fuera de casa porque el coronavirus podría entrar agarrado a la suela. Que lo mejor era sacarse inmediatamente toda la ropa y ponerla a lavar en el lavarropas con agua muy caliente.
Pero, entre tantas teorías es difícil saber con rigor científico cuánto dura el coronavirus en la ropa.
Es cierto que, pasados los 100 días de cuarentena en Argentina, algunas premisas son incuestionables. Por ejemplo: el coronavirus se transmite principalmente entre personas y mediante el contacto directo con las pequeñas gotículas respiratorias de los infectados; y es muy importante utilizar tapabocas, mantener la distancia social y lavarse las manos con agua y jabón de manera frecuente.
Pero así como estas premisas ya son incuestionables, es mucho menos claro e impreciso aseverar cómo es el vínculo del Covid-19 con las superficies, los objetos y los materiales.
El coronavirus y la ropa
Los especialistas suelen advertirnos que una persona podría contagiarse al tocar un elemento que contenga el virus y luego llevarse la mano a la cara. ¿Pero puede ser considerada la ropa como un material cualquiera? El doctor Martín Stryjewski, jefe de internación del Cemic y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), nos confirma que no existe un estudio definitivo que determine de manera particular la contaminación del coronavirus en la ropa.
Y estudiando la distintas bibliografías de estos meses en el mundo, Stryjewski nos dice: “Lo más preciso hasta el momento es una investigación que publicó la revista New England Journal of Medicine, donde se detalla la viabilidad del Covid-19 en varias superficies y concluye que el virus puede mantener su poder infeccioso por horas o incluso días, dependiendo del material en el que se encuentre. Sobre el cobre (una moneda, por ejemplo) está viable 4 horas, mientras que en el cartón resiste 24 horas y en el plástico o el acero inoxidable, de 2 o 3 días. La viabilidad está dada en función de la porosidad y la absorción de humedad de los materiales y, en todo caso, podríamos homologar la ropa a una superficie porosa como el cartón. Con lo cual su viabilidad (de infección) sería de 24 horas.”
En la calle. La ropa y el contacto con el coronavirus.
El infectólogo aclara, sin embargo, que “a medida que pasan las horas el virus va perdiendo potencia, es decir que puede estar su genoma en una superficie pero será cada vez menos infeccioso, va reduciendo su infectividad. Incluso hay estudios que muestran genoma del virus en las superficies de las habitaciones de pacientes con Covid-19, y eso no quiere decir que esté viable, que tenga fuerza para infectar”.
Cuidados con la ropa al salir y volver a casa
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), el riesgo de contraer la infección por contacto con superficies y materiales es relativamente bajo comparado con la transmisión al aspirar gotitas de las secreciones que una persona infectada expulsa al toser, estornudar o hablar cerca, aún cuando no presente síntomas. Por esto, mucho más importante que poner el foco en la ropa parece ser la higiene frecuente de manos, evitar tocarse la cara y mantenerse al menos a un metro y medio de distancia de los demás.
Pero entonces, ¿hay o no que tomar precauciones con la ropa al salir y volver a casa? Sí, los expertos recomiendan igualmente como medidas básicas de prevención quitarse los zapatos antes de entrar, cambiarse las prendas en caso de haber viajado en transporte público o si se estuvo en lugares concurridos y lavarse las manos con agua y jabón inmediatamente después, para evitar el riesgo de ingresar el virus a casa.
Cómo lavar la ropa
El doctor Stryjewski nos explica que, en la medida en que no haya una alta exposición diaria al virus que requiera de mayores cuidados: “La ropa se debe lavar de la manera habitual, un lavado común con jabón elimina toda carga viral”.
La Organización Unicef, por su parte, enumera en su página una serie de consejos de limpieza para mantener el coronavirus fuera del hogar. Y en lo que se refiere a la ropa, recomienda lo siguiente:
- Lavar las sábanas, las toallas y la ropa con regularidad.
- Para minimizar la posibilidad de que el virus se disperse por el aire, no sacudir la ropa sucia.
- Lavar la ropa con jabón o detergente y con agua lo más caliente posible. Dejar secar la ropa completamente (tanto el lavado como el secado ayudan a matar el virus).
- Lavarse de inmediato las manos con jabón y agua, o usar un desinfectante para las manos a base de alcohol.
- Lavar o desinfectar la bolsa o el cesto de la ropa sucia. Considerar la posibilidad de guardar la ropa sucia en bolsas desechables.
Los tapabocas. Con diseño, o simples, nos protegen. Hay que lavarlos.
Cuidados especiales
Si se debe cuidar en casa a una persona diagnosticada con Covid-19, tanto el CDC como la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconsejan, además, utilizar guantes descartables y mantener la ropa sucia de la persona enferma lejos del cuerpo, lavarse las manos luego de quitarse los guantes y colocar los guantes y los tapabocas en un tacho con tapa en el cuarto de la persona enferma, limpiar y desinfectar sus canastas para la ropa y volver a lavarse las manos sin tocarse la cara.
También el tapabocas de tela, que desde la aparición de la pandemia se han convertido en un accesorio obligado para salir de casa, requiere de cuidados especiales. Al respecto, la OMS recomienda lavarse las manos antes de tocarlo, comprobar que no esté dañado, sucio o mojado, ajustarlo para que no queden aberturas a los costados, evitar tocarlo (y en caso de hacerlo accidentalmente, higienizarse las manos), lavarse las manos antes de sacárselo, quitarlo por las tiras que se colocan detrás de la oreja y mantenerlo alejada de la cara, guardarlo en una bolsa de plástico limpia (si no está sucio o mojado y se la va a reutilizar), lavarse las manos luego de quitárselo y lavarlo con frecuencia con jabón o detergente y agua caliente.