Fuente: Cronista ~ Impulsada por las generaciones más jóvenes que buscan ser sustentables sin renunciar al estilo, las tiendas de segunda mano dedicadas a la alta gama ya hacen pie en Buenos Aires.
Las nuevas generaciones tienen la sustentabilidad como bandera. Sin embargo, para muchos eso no tiene por qué significar renunciar al lujo. Por eso, los artículos de lujo de segunda mano vienen pisando fuerte en el mundo y la Argentina no es la excepción.
Hace unos nueve años Milena García junto con dos amigas abrió Boycapel en pleno corazón de Recoleta. Allí compra y vende productos de marcas reconocidas que, según reconoce, no necesitan inversión en publicidad, porque ya están en el top of mind de los consumidores.
«Yo soy diseñadora de indumentaria y una amiga mía que era vendedora de Hermès en el país me planteó la idea del negocio. Ella ya tenía una cartera de clientes que podíamos usar como base para empezar», cuenta García.
El lujo vintage es una tendencia en todo el mundo. Un estudio realizado por la consultora BCG asegura que se espera que en 2025 el sector de segunda mano de alta gama haya duplicado el volumen de dinero movido con respecto a 2020. En Europa y los Estados Unidos hay grandes tiendas -físicas y online- dedicadas a vender productos usados de casas de alta costura, relojería suiza, marroquinería fina y accesorios. La tendencia se puede ver también en la Argentina, aunque en proporciones mucho más pequeñas.
«Este no es un mercado muy grande, pero aún así hay movimiento«, dice García. El agrega que en Estados Unidos ahí hay quienes incluso pueden vender una cartera usada por más dinero del que la compraron.
Las marcas más buscadas por los clientes de Boycapel son Hermès, Louis Vuitton y Chanel, especialmente carteras y accesorios.
«Quienes vienen a vendernos sus productos muchas veces lo hacen porque lo tienen hace tiempo, ya se cansaron de usarlos y son conscientes de que pueden obtener algo por ellos. Si están bien cuidados, son artículos muy solicitados», cierra García.