Fuente: Clarín – Un think tank plantea 3 ejes para reformar la industria.Entre ellos, propone revisar el esquema de comercio exterior e incentivos a la oferta y la demanda.La discusión por el impacto de la importación en los precios y la palabra de los fabricantes.
Con los precios más altos de la indumentaria en la región, un centro de investigación y diseño de políticas públicas plantea tres ejes para reformar la industria textil argentina y abaratar el costo final de la ropa para los consumidores, que, con la recesión, se convirtió en un consumo postergado frente a otros gastos prioritarios como alimentos, medicamentos y el pago de impuestos.
Considerando el segmento de población que puede afrontar el mayor precio, pero opta por comprar afuera cuando viaja –tendencia que se intensifica con la creciente cantidad de argentinos que hacen turismo en el exterior–, Fundar elaboró una propuesta de punto intermedio entre “una apertura indiscriminada a la importación –que destruye empleos y capacidades productivas–, y la protección del mercado, a costa de precios altos”.
“En las últimas décadas, ese péndulo dominó las decisiones de política por parte de los gobiernos nacionales. El sector debe ser más competitivo y formal, y menos dependiente de la protección comercial”, señaló el instituto de estudios en su trabajo ‘Plan de acción para la sustentabilidad de la industria textil-indumentaria argentina’.
En ese sentido, el plan ayudaría a reducir el efecto de los tours de compras en el extranjero en las cuentas públicas, consideró el think tank.“Tiene impacto negativo en las divisas, la recaudación fiscal y la actividad comercial”, destacó en relación a la adquisición de prendas en otros países por, al menos, la mitad de precio.Los tours de compras tienen impacto negativo en las cuentas públicas. Foto: archivo
Si bien no hay datos oficiales de pérdida de divisas por compras de indumentaria en el exterior, los empresarios nacionales dan por sentado que la mayoría que viaja trae en sus valijas ropa de grandes cadenas y marcas locales o boutique. A modo de referencia, en lo que va de 2024, salieron por turismo emisivo US$ 3.900 millones.
Menos impuestos y más incentivos
En ese contexto, para Fundar es necesaria una revisión del esquema de comercio exterior, en primer término. En concreto, plantea una reducción selectiva de aranceles en artículos con sobreprecios o sin capacidad local, por ejemplo, camperas; eliminar el Impuesto PAIS a la importación, del 7,5% actual; evitar el uso de “instrumentos discrecionales” como las licencias no automáticas y focalizar el uso de herramientas paraarancelarias en requerimientos que eleven la calidad y garanticen estándares ambientales.
A su vez, como segundo eje, propone incentivos a la oferta y demanda con un alivio tributario y fomento al consumo. “Implica eliminar Ingresos Brutos e Impuesto al Cheque para eslabones agropecuarios e industriales (que inciden en la cadena); reducir costos laborales no salariales en la confección (el eslabón de mano de obra intensivo); expandir Cuota Simple (ex Ahora 12) a billeteras digitales e implementar descuentos y reintegros para compra por medios electrónicos, como hace Cuenta DNI con alimentos y como se hizo en 2023 con Comprá sin IVA”, sugiere.
Por último, la entidad plantea crear un programa para garantizar un umbral mínimo de condiciones laborales para los costureros que trabajan en talleres informales domiciliarios, promoviendo polos de confección habilitados. “El sector se caracteriza por una baja tasa de formalidad de empleo y adversas condiciones laborales, un esquema que premia al informal y castiga al formal”,consideró Fundar. La confección de ropa emplea a 186.000 personas en la Argentina, de las cuales 72% se desempeñan en la informalidad.“La culpa no es de los fabricantes”, dicen los industriales. Foto: archivo
El impacto de la importación en los precios
Los fabricantes, a los que se suele apuntar como los responsables de los altos precios, se defienden y apuntan a los costos que se suman a lo largo de la cadena, que incluye nueve instancias desde la obtención de materia prima con procesamiento de fibras naturales y el desarrollo de sintéticas, hasta la llegada de la prenda al local.
Según ProTejer, el 75% del precio de una prenda “nada tiene que ver con la producción nacional. La fundación fue cofundada por Teddy Karagozian, empresario textil que preside TN Platex, una de las mayores hilanderas con 14 fábricas, y que fue echado del Consejo de Asesores de Javier Milei por diferencias con el ministro de Economía, Luis Caputo, luego de la sorpresa que generó su nombramiento por su postura de defensa y protección de la industria local.
El problema no es producir, sino puertas afuera de la fábrica: la comercialización. Por eso, se vende cara tanto la ropa nacional como la importada”, explicó en un informe presentado hace una semana, y aseguró que “los industriales no son los culpables” y desmitificó que la indumentaria que se importa hoy resulta más barata.
“En el gobierno de Mauricio Macri, los precios aumentaron por debajo de la inflación y había apertura comercial. En la gestión de Alberto Fernández, hubo récord de importación pese a que la economía estaba cerrada y la ropa subió por encima de la inflación. Y en lo que va del gobierno de Milei, cayeron las importaciones con precios por debajo del IPC”, detalló ProTejer.
Para Fundar, en cambio, la importación impacta en los precios. Postula que la ropa se abarató frente a la apertura comercial en la dictadura, el menemismo y, en menor medida, el macrismo; y ocurre lo contrario al subir las barreras a la importación.
Pese a las diferencias, ambos coinciden en que, con la reducción de aranceles que dispuso el Gobierno, y si en 2025 se da el rebote esperado de la actividad económica, aumentará el nivel de importaciones. “Si los costos de producción son más altos que el avance del tipo de cambio, esto perjudicará a la industria nacional con pérdida de competitividad e impactará en el número de puestos de trabajo”, anticipó ProTejer, a lo que Fundar sumó que, “de no mediar políticas compensatorias, puede barrer la oferta local y, con eso, el empleo”.