Belén Barragué nos da la entrevista en el medio del caos. Está en su local de Palermo, estrenando el permiso para vender por delivery y tiene miles de teléfonos sonando. Inquieta, soñadora y creativa, hace poco tuvo que pensar (en tiempo récord) cómo mantener a flote su negocio en medio de la pandemia y ganarle de mano a un posible tsunami. Mientras caía, supo cómo volar.
Hace tres años tuviste una crisis fuerte en tu marca, Sofía de Grecia
Sí, en 2017, cerré cuatro locales y tuve que despedir a gran parte del personal. Sofía tiene 12 años, durante 9 funcionó muy bien, pero en ese momento se habían abierto las importaciones y había empezado a entrar ropa de China con precios que casi no nos permitían competir. Hacía un año que veníamos mal y no me quedó otra que empezar a tomar decisiones, porque cuando estás en una crisis no te podés quedar quieta. Lo primero que hicimos fue cambiar la propuesta: nosotras vendíamos ropa y zapatos, pasamos el foco al calzado y la venta de indumentaria quedó en menor cantidad. Dejamos el 50-50 y pasamos a vender 80% calzado y 20% indumentaria, teniendo en cuenta que el calzado tenía un mejor margen, nos daba más rentabilidad y tenía un ticket promedio más alto. En medio de la crisis, cuando te planteás que tenés que hacer cambios , te encontrás con aciertos y con malas decisiones también. Tuvimos reducción de costos, cerramos locales que no eran rentables, tuve que despedir a 20 personas, nos mudamos de oficina, se eliminaron los costos innecesarios… Todo eso negativo que se nos presentaba nos fue guiando hacia lo que sí funcionaba.
¿Cómo fue tomar una decisión tan grande en medio de una crisis?
Me generó mucha angustia al principio, porque todos los locales tenían muchos años. Tener que despedir a 20 personas te rompe el corazón. Me costó mucho, una se apega a los locales y verlo como un fracaso te genera mucha frustración. Ese año a mí me empezaron a llamar de muchos medios para dar charlas motivacionales y a mí me costaba porque sentía que estaba viviendo el peor fracaso de mi vida. Pero eso me ayudó a notar algo: hace tres años, también, empecé a posicionar mi marca personal. Entendí que tenía que hacer otra cosa. Arranqué a escribir mi libro, a dar cursos… Empecé con el proceso de reinventar mi marca y de reinventarme yo.
¿Cómo te encontraste al poner fichas en vos?
Me encontré con mucha seguridad, empecé a compartir lo que había aprendido en todos esos años. Los primeros 9 años fue todo color de rosa, y después me encontré con la crisis y compartí ese proceso. Empecé a descubrir cosas que no sabía que podía hacer: dar un taller, enseñar, compartir.
¿Cómo le hicieron frente a esta pandemia?
El miércoles anterior a que se decretara la cuarentena obligatoria habíamos decidido cerrar los locales. Cuando tomamos esa decisión, pensé: «¿Qué hago?», y organicé todo en una noche. Al otro día agarré el auto, fui a buscar toda la mercadería para tener en mi casa, les dije a las chicas que fueran a los locales a entregar los pedidos que quedaban y el viernes a las 8 se empezaron a conectar todas arrancar una especie de home office. Empecé con el chat commerce. Yo publicaba contenido y linkeaba a los números de WhatsApp de las vendedoras (le había dado uno a cada una) para que ellas pudieran guiar, atender y ayudar a los clientes con sus compras.
Reinventaste el puesto laboral: de vendedoras a asesoras virtuales.
¡En un día! Inventé algo, sí. Todo ese mes las chicas estuvieron contestando las consultas de los clientes y eso ayudó a que los primeros días las ventas fueran buenas. Íbamos re bien, pero cuando se extendió la cuarentena la gente ya no estaba tan contenta con comprar y no saber cuándo iba a recibir su pedido, así que las últimas semanas no fueron buenas. Yo me despertaba todos los días diciendo: «Estamos en negativo, es un día más en negativo», porque sabía cuál era el punto de equilibrio por día. Las ventas habían caído 5 veces, a un 20% de lo que se estaba vendiendo. Al mes, habilitaron el comercio y pudimos volver a los locales para vender por delivery. Atendemos por chat y damos un asesoramiento personalizado.
¿Qué significa para vos ser resiliente?
Es ver las crisis como una oportunidad para mejorar tu situación, tu proyecto, para crecer como persona. Para mí esta pandemia fue la oportunidad para reinventar mi negocio y aprender que se puede salir adelante y encontrar nuestra mejor versión.
En tu caso, las crisis fueron oportunidades…
Sí, porque ahora Sofía se va a dedicar al chat commerce. Todas las crisis son oportunidades para ser más creativas , pero también hay que entender que para ser creativas tenemos que estar tranquilas.
Tu experiencia previa, ¿te ayudó a estar más flexible en esta crisis?
Admito que al principio me costó. Me enfrié en ese aspecto, entendí que si tiene que ser así, va a ser lo que Dios quiera y vamos a salir. Y si no podemos salir, haré otro negocio, porque ahora sé que tengo potencial, que puedo hacer otras cosas y que me puede ir bien. Aprendí a soltar, aunque hay cosas que una no puede controlar… ¡Una pandemia no la podés controlar! Voy a seguir apostando por mi proyecto, pero tengo la paz y la tranquilidad de que si de repente tengo que reinventar el negocio, voy a salir adelante.