Fuente: Visión Desarrollista – El CEO de TN PLATEX habló sobre la importancia del sector industrial para un desarrollo argentino inclusivo y cómo se debe trabajar en la integración de todos los sectores productivos.
Heredero de la tradición familiar, Tomi Karagozian es el director ejecutivo de TN&Platex, la empresa familiar de hilados más importante de Argentina con 6 complejos industriales en el interior del país, un centro de distribución y oficinas administrativas distribuidas en 7 provincias a lo largo del páis. Lo interesante es que más allá de su responsabilidad empresaria Tomás ha generado un fuerte compromiso con la militancia industrial, algo que maduro durante muchos años como presidente de la Unión Industrial Joven y que ahora busca expandir especialmente desde la redes sociales. Es allí donde ha forjado valiosísimos activos digitales, como lafabrica.podcast que buscan promover y concientizar sobre el valor y rol de la industria en la Argentina. Por eso en esta entrevista con VD no solo hablaremos de su visión del sector textil o de la industria nacional, sino que nos compartirá su apasionado sueño de una Argentina desarrollada. Como fiel representante de una nueva generación de dirigentes industriales, ha entendiendo, al igual que nosotros, en luchas por hacer realidad política aquella frase que alguna vez dijo Pellegrini y vivificó Frondizi: “Sin industria no hay Nación”.
Tomi, gracias por recibirnos. Sabemos que sos un apasionado militante de la industria nacional, ahora bien, ¿Por qué consideras que es fundamental para el desarrollo argentino?
El sector industrial tiene un rol central para el desarrollo presente y futuro y tenemos que lograr como país desarrollar las cadenas de valor de la minería, el petróleo, el gas, entre otras, para que toda esa actividad que es clave para el país derrame en mayor producción y empleo, en toda la extensión de nuestro país a nivel federal. La política industrial para ser sostenible debe generar empleo, promoviendo así una distribución del progreso en toda la sociedad.
Si ese crecimiento solamente se da por acumulación de dólares, tendremos superávit pero no necesariamente empleo y si la inequidad es cada vez mayor, la situación será insostenible en el tiempo. Tenemos que lograr que a partir del empleo generemos ecosistemas federales que distribuyan el crecimiento y lo hagan verdaderamente sostenible.
¿Cuál crees es el desafío de la política para con esta visión industrial integradora?
Es fundamental que todas las fuerzas políticas reconozcan el rol estratégico de la industria en el desarrollo nacional, más allá de los cambios de gobierno. Debemos trabajar en una política industrial transversal, que promueva la integración de todos los sectores productivos.
Los industriales, además, tenemos que mejorar la comunicación para acercar nuestra industria nacional a la sociedad y a quienes toman decisiones, mejorando el impacto de cómo producimos, acercándonos a las comunidades donde estamos radicados y abriendo de manera digital las mismas para mostrar cómo producimos con gran orgullo lo que ellos consumen día a día.
¿Cómo concebís a un estado promotor del desarrollo en el siglo XXI?
El Estado debe jugar un rol activo en la promoción del desarrollo, estableciendo políticas claras y estables que brinden previsibilidad al sector industrial. El mundo desarrollado planificó dando tiempos al desarrollo de políticas que permitieron el crecimiento de sus diversos sectores económicos. En cambio, si planificás y cambiás las reglas cada dos o cuatro años, se hace muy difícil el desarrollo. A mi me gusta hablar de equilibrios, no hay posibilidad de desarrollarse sin presencia del Estado, pero tampoco lo vas a lograr con 14 tipos de cambio. Debemos ser pragmáticos y estar convencidos de la centralidad de desarrollarnos como país y generar políticas públicas que apunten a eso a largo plazo.
El mundo es pragmático y defiende sus intereses y si bien hay un montón de países que dicen ser liberales, en los hechos son extremadamente pragmáticos y nacionalistas. En los países más desarrollados como Estados Unidos, el gobierno obliga al ejército a comprar el 100% de los textiles en Estados Unidos. Si desde Colombia querés exportar a Estados Unidos, debés hacerlo con hilo o algodón producido en Estados Unidos. Francia no firma el acuerdo Mercosur para defender a sus productores y la UE en su visión 2030 promueve todo tipo de política relacionada a lo sostenible que es una forma muy prolija de defender intereses. Todos replican políticas similares. Argentina tiene una oportunidad única en la región para aprovechar sus recursos y fortalecer su posición en el mercado internacional, en un contexto en el cual no sólo es importante el precio, sino también el abastecimiento, y nosotros deberíamos lograr un mix entre las cadenas agroindustriales, aprovechando lo que nace de nuestros suelos, dándole valor agregado para exportarlo hacia nuestra región.
LA INDUSTRIA TEXTIL EN ARGENTINA
Ya enfocándonos específicamente en el sector, ¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrenta la industria textil en Argentina?
Primero déjame contar que el sector textil es clave en la economía argentina, es amplio y muy heterogéneo en productos, calidades y precios. Es el tercer empleador de Argentina, con casi 540 mil personas y ha sufrido mucho por los vaivenes de la política con sus cambios de reglas. Esa falta de certidumbre afecta la productividad, la calidad y el desarrollo del mismo en el tiempo.
En cuanto a cuales son los principales desafíos del sector creo que serían identificar nichos exportadores; mejorar el sector de la confección con nuevas reglas que promuevan la formalización y aumenten su productividad; aumentar la competitividad por variables que no controlamos; trabajar en conjunto con las autoridades para mejorar el flujo y la calidad de la energía porque los cortes eléctricos afectan seriamente la productividad. Además, debemos desarrollar más marcas para el segmento medio que tengan buena relación precio-calidad. Uno de los grandes problemas que tiene nuestro sector y no muchos conocen es que por ser un sector tan largo en su cadena productiva que consta de seis eslabones entre la producción del algodón y la venta de la prenda, en cada paso acumulamos impuestos (ingresos brutos, impuesto al cheque) por ende es una cadena con mucha más presencia del Estado en el costo total de nuestros productos.
Otro tema fundamental en la Argentina es el el capítulo laboral, incluso tu padre ha escrito un libro al respecto, Mochila Argentina, ¿Cuán necesaria es una reforma laboral para el sector y en donde ves los mayores problemas a resolver en este aspecto?
En Argentina en vez de premiar la antigüedad laboral, se la castiga. La acumulación de este pasivo hace que una empresa tenga una evaluación negativa porque con el paso del tiempo sus pasivos terminan siendo mayores que sus activos, generando empresas con valor negativo o nulo. Claramente a este esquema le llegó su fecha de vencimiento y debemos lograr modificarlo consensuando una mejor propuesta entre el gobierno, los trabajadores y las empresas.
En el sector industrial textil, que incluye a las hilanderías, tejedurías y tintorerias, el promedio de formalidad es superior al promedio de la manufactura en general, pero el sector tiene en la confección un cuello de botella por la informalidad y baja productividad de muchas de las empresas y talleres que lo componen. Desde mi punto de vista con las actuales reglas es imposible que se resuelva y es urgente impulsar una actualización laboral que promueva la formalización del empleo y erradique el problema de la acumulación del pasivo laboral.
Para poder dimensionar mejor,… ¿Qué impacto social y de desarrollo regional tiene la industria textil en Argentina?
La industria textil tiene un gran potencial para generar empleo y desarrollo en regiones menos favorecidas, como el norte argentino. Mediante políticas de promoción del empleo y la formación profesional podemos revertir la alta dependencia del empleo público en estas zonas y fomentar un crecimiento más equitativo en todo el país. Creo que los sectores de mano de obra intensiva, como la confección, podrían incorporar a cientos de miles de personas que hoy no tienen trabajo o que deben mudarse a cientos de kilómetros de donde nacieron porque en sus pueblos o en las ciudades aledañas no hay trabajo. Vemos mucha migración interna a los conurbanos producto de las asimetrías que existen. Una política de desarrollo federal podría revertir este fenómeno.
Tenemos ejemplos claros de políticas industriales impulsadas en La Rioja y Catamarca en los últimos años que permitieron incorporar personas que venían de planes sociales en pocos meses al sector textil de manera formal, ofreciéndoles capacitación a las personas, una reducción de aportes patronales a las empresas y permitiendo la generación de muchos puestos de trabajo, que redundaron además en un ahorro muy importante al Estado que a partir de esta transición al empleo formal dejó de pagar los planes sociales. Esto debemos expandirlo a nivel país para incorporar a las millones de personas que hoy están excluidas del mercado laboral, sobre todo en sectores de mano de obra intensivos. No es complejo, tenemos que tomar la decisión de avanzar con este tipo de acciones.
TN PLATEX cuenta con las más modernas tecnologías, sin embargo vulgarmente se considera al sector poco competitivo, como antiguo, pasado de moda.. ¿Por qué consideras que la industria textil es moderna y clave para el desarrollo argentino en el siglo XXI?
Nosotros hemos mantenido desde siempre nuestro compromiso con la utilización de tecnología de vanguardia a nivel mundial, lo que nos permitió ir mejorando año a año la calidad de nuestros productos, aumentar la productividad y poder exportar parte de nuestra producción, compitiendo con el mundo. Esto mismo ocurre en cientos de empresas que han ido renovando maquinaria y persiguiendo los mejores estándares de la industria internacional. Nosotros decimos que somos muy productivos, pero que existe un problema de competitividad vinculado a factores externos como la altísima carga impositiva, la ley laboral, la calidad de la energía, los altos costos logísticos y el nulo acceso al crédito que tenemos desde el sector privado, etc.
Hace tiempo venimos aumentando la digitalización de nuestros procesos y trabajando sobre los datos que generan tanto nuestros procesos productivos, como administrativos y comerciales para tomar decisiones estratégicas en forma preventiva.
Por eso nosotros decimos que “no hay sectores viejos, hay tecnologías viejas”. Lo que tenemos que hacer es apalancar a los nuevos sectores en estas nuevas tecnologías para generar mejor impacto económico, ambiental y social.
Se hablo mucho de abrir las importaciones para bajar los precios, ¿Cómo analizás la lógica del consumidor que prefiere la ropa importada porque considera que es de mejor calidad y precio?
No puedo juzgar al consumidor por lo que piensa, porque no tiene por qué entender cómo está compuesto el precio del producto y está en todo su derecho de exigir comprar el producto que quiere. Yo creo que el sector textil argentino debería tener muchas más marcas que apunten al segmento medio, que tengan una mejor relación precio-calidad. De todas formas existen empresas que producen productos de alta calidad y buen precio. Nosotros lanzamos la marca DFAC (de fábrica al consumidor) intentando ofrecer una buena propuesta de precio-calidad. Es cierto que en el shopping la ropa está mucho más cara, pero no es representativa de la oferta textil que abastece a 46 millones de argentinos, que sí compran ropa, fuera del shopping. En los shoppings encontramos un alto porcentaje de ropa importada, y sólo un porcentaje muy menor de esos costos están vinculados al costo de producción. En casi todos los sectores que yo conozco, del producto que vos compras, se paga un 15% de costo de alquiler y entre un 44 y 50% la carga impositiva.
MÁS ALLA DEL LIBERALISMO: SIN INDUSTRIA NO HAY NACIÓN
Los desarrollistas entendemos que hay una visión liberal consolidada de que Argentina se debe especializar en lo que naturalmente tiene ventajas competitivas y que con eso alcanza. Todo lo demás es considerado por estos como industria prebendaría, es decir, si necesita alguna protección o subsidio por más que tenga agregado de valor, sea para mejorar su competitividad o genere empleo no tiene sentido que exista. ¿Qué opinas de este enfoque hoy en auge?
Estoy a favor de que se realice un análisis estratégico que permita determinar qué sectores se impulsarán en función del interés geopolítico, estratégico, etc, pero sí cuestiono a aquellos que buscan por sus pre conceptos buscan desaparecer sectores que son centrales para el desarrollo del país. Para ser más claro… yo estuve de acuerdo con la ley de economía de conocimiento que es la continuación de la ley del software. Fue exitosa, mostró continuidad política, pero también es un parche sectorial a un problema estructural y transversal a todos los sectores, que te demuestra que haciendo un parche (una mejora) hay sectores que funcionan. ¿Cuántos otros sectores exportarían, en vez del 15%, el 50% de su producción si tuvieran condiciones similares en lo laboral e impositivo a las que tiene el sector de la economía del conocimiento? ¿Qué pasaría con los textiles del Norte Grande y Cuyo si tuvieran condiciones similares a la de los textiles de Tierra del Fuego? Podríamos poblar el norte grande, triplicar las exportaciones y bajar el precio de los productos a la mitad porque el 50% de los mismos son impuestos.
Entonces, no es lo mismo la lógica de fomentar sectores cuando equilibras la cancha a través de reformas estructurales que la de hacer desaparecer sectores en el horrible contexto actual de competitividad estructural en el que nos toca producir que hace muy difícil distinguir entre los buenos y malos empresarios.
En ese sentido, ¿cómo definís al industrial argentino que debe operar en un entorno macroeconómico tan volátil?
El industrial argentino enfrenta numerosos desafíos en un contexto cambiante, pero su compromiso con el desarrollo del país es innegable. Es necesario encontrar un equilibrio entre la importación y la producción nacional, reconociendo que ambos sectores son importantes para la economía. La gran mayoría de los industriales argentinos que conozco somos perseverantes, resilientes, estratégicos, adaptables a los constantes cambios; amamos nuestro país y apostamos a seguir creciendo, promoviendo el desarrollo.