Fuente: Ámbito – Modelos inclusivos, mujeres en busca de su pasión, la fuerza para ponerse de pie, la generación de empleo y la apuesta por un futuro mejor son algunas de las características de los emprendimientos de ropa para chicos en Argentina. Conocé sus historias en esta nota.
Generalmente, al ver una marca consolidada cuesta imaginarse por todo lo que pudo haber pasado para llegar hasta negocios de todo el país, a los principales mercados internacionales o a tener sus propias franquicias.
En los siguientes párrafos, te contamos la historia de algunos de los emprendedores argentinos que triunfan.
Bonjour Petit, del consultorio a los tejidos
La historia de Lucía Bergel inspira. Kinesióloga, con dos hijos y su consultorio en alquiler, sentía la necesidad de hacer algo desde su casa que la apasionara y le generara un ingreso extra. “Decidí hacer ajuares de bebés tejidos y empezó a moverse de a poco. Así empezó Bonjour Petit”, cuenta orgullosa. Si bien Lucía trabaja sola, considera que sin su familia, nada sería posible: su musa es su hija y la aprobación de los diseños corre por cuenta de su mamá.
A fines de 2022 ya se encontraba abasteciendo 7 locales. Y el 2023 la recibió con la invitación a la Expo Mabyn, evento que nuclea a marcas de moda para bebés y niños de todo el país y que se realizará el 25 y 26 de febrero en Parque Norte, organizado por la Cámara Argentina Indumentaria de Bebés y Niños. “Ya me entregaron las muestras para la expo y miro prenda por prenda y lloro de felicidad, y digo qué loco lo que logré”, confiesa la ex kinesióloga, ahora diseñadora.
Anchus, un cable a tierra se sobrepuso a la pandemia
Otra mujer que también dio un viraje en su carrera profesional fue Andrea Alsina. Mientras trabajaba en un banco internacional, hacía accesorios como una forma de cable a tierra y de volver a ciertos momentos de su infancia. Pero no le alcanzaba, quería crear algo para ella. Así que se puso manos a la obra y rápidamente lanzó su primera línea de bebe y, con esfuerzo, abrió un local exclusivo de su marca.
El tsunami llegó en la cuarentena, cuando debía mantener pagos a los empleados y proveedores pero los locales estaban cerrados. En medio del desconcierto, recibió un llamado salvador para fabricar barbijos y comenzaron la venta online. Con los permisos y cuidados correspondientes, pudieron volver a la fábrica en junio y mantener la nómina de trabajadores intacta.
Pako Peko, moda inclusiva inclusiva
Pako Peko es mucho más que una marca de ropa de bebés y niños. Se define como un hecho artístico-sociológico. En sus inicios, hace 13 años, los vecinos fueron protagonistas de una de las primeras sesiones de fotos y una de ellas tenía Síndrome de Down. Esto inspiró la línea que tomarían en adelante: dar un valor agregado a cada prenda.
Talles reales, diseños con estampas de Braille, pictogramas y lenguas de señas, prendas para rayar, pintar, interactuar son algunas de las novedades que introdujeron en su marca para que todos sean parte. Y, con la ayuda de profesionales de diferentes disciplinas, lograron convertir lo que era un sueño en una empresa.
Globito Team, levantarse entre ruinas
En 2017, una situación que llevaba meses estalló y lo temido se hizo realidad. Los dueños Línea Globito S.A.I.C declararon la quiebra y sus trabajadores quedarían en la calle. Sin embargo, la fuerza de quienes hasta entonces se encargaban de hacer que las prendas para niños y bebés vieran la luz consiguió lo imposible: recuperar la compañía y transformarla en una cooperativa.
Dos meses después de este logro, entregaron la colección completa de 37 piezas a 12 provincias. Hoy, su colección alcanza los 160 artículos confeccionados íntegramente en algodón. Para la próxima temporada ya se pusieron un nuevo desafío: incorporar tecnología para realizar íntegramente las prendas en sus instalaciones.
Zuppa, donde las crisis son oportunidades
Zuppa es un emprendimiento familiar que nació de la crisis de 2001. La abuela Nelly, su hija Anabella y su nuera Ana montaron una góndola multimarca en unas Galerías Pacífico prácticamente desocupadas. Pronto, notaron la monotonía de los colores en las prendas y comenzó la aventura por encontrar “colores más alegres para vestir a los bebés”, como recuerda Anita.
El crecimiento llegó con la llegada de turistas y Zuppa armó una pequeña colección propia con tanto éxito, que empezó a vender solamente sus propios diseños. La historia de esta empresa se parece mucho a la Argentina con altibajos. Pero como dicen sus creadoras,“hay algo que nunca puede dejar de estar: el amor y el diseño en cada prenda, con telas únicas diseñadas exclusivamente para la marca. Colecciones temáticas bien diferentes unas de otras”.
Gepetto, crecimiento constante
Hace 36 años, Gregorio Coqui Ebekian estaba en su tienda mayorista de ropa para niños en Once cuando se le ocurrió que para reemplazar los faltantes ocasionales él mismo podría crearlos. Esto llevó a inaugurar en los 90 una planta y que, en la década siguiente, el emprendimiento se transformara en una empresa familiar.
Desde 2021, Gepetto se asoció con otras marcas para conformar el polo Indumentaria Catamarca y programa abrir otro en La Rioja. Para fin de año, estiman que tendrán 300 empleados para vestir a los chicos con ropa de todos los días.
Vraptor, la marca influencer
Belu Lucius es conocida por ser una exitosa influencer en redes sociales y por participar de programas de TV como MasterChef. Otro costado profesional se vincula a lo empresarial, ya que creó junto a su marido, Javier Ortega Desio, su propia marca para bebés y niños: Vraptor. La caracterizan diseños de estampados exclusivos para todas las edades.
Bajo el lema “Apostamos a la producción nacional para revalorizar la industria argentina y dar nuevas fuentes de trabajo”, sus prendas pueden adquirirse en el ecommerce de la marca y llegan a todo el país.
Un lugar, todos los emprendimientos
Todas estas marcas se encontrarán en la Expo MABYN, donde presentarán sus colecciones otoño – invierno 2023, este 25 y 26 de febrero, en el Parque Norte. El evento está organizado por la Cámara Argentina de Indumentaria de Bebés y Niños (CAIBYN), para promover y acompañar a los textiles del país en el encuentro más importante para mayoristas.
Fuente: Cronista ~ En la cultura de los gimnasios australianos la palabra fuark se usa para demostrar emoción y energía. Es también el grito que acompaña a esa última repetición con peso máximo durante un entrenamiento. Por eso, cuando Bruno Verbauwen se lanzó a crear su propia línea de indumentaria pensada para el fitnessno dudó un instante de que esa era la manera ideal de llamar a su marca. Las vendió casi de inmediato y se dio cuenta de que había un mercado no atendido para el producto que ofrecía, el de las musculosas conocidas como stringers, que tienen las tiras más finas y son muy demandadas por público asiduo a los gimnasios.
La historia de Fuark comenzó hace seis años. Verbauwen trabajaba como profesor de tenis, pero no estaba muy conforme con lo que hacía. Por eso, un día se levantó y decidió coser diez musculosas para llevar al gimnasio donde se entrenaba y ofrecerlas a sus conocidos.
De a poco fue incrementando la producción y cada vez que llegaba con productos nuevos pasaba lo mismo: vendía todo casi de inmediato. Era mucha la demanda y había una oportunidad.
«Mi mamá era costurera y le propuse trabajar con esto. Mi idea era apuntar a la gente que va siempre al gimnasio. De a poco y a medida que nuestros clientes nos lo pedían fuimos sumando otros productos, como remeras con otros cortes, shorts, pantalones largos y accesorios», cuenta Verbauwen.
Para hacerse conocido aprovechó las redes sociales. Se contactó con algunos instagrammers y les mandó ropa para que la probaran. Con eso alcanzó un nuevo público y las ventas empezaron a explotar.
Fast fashion
«Tenemos cortes distintos a los de otras marcas y pensamos en la gente que quiere lucir su físico. Además, buscamos tener mucha variedad de diseño y siempre tener productos nuevos. Hacemos tirada cortas y una vez que se agota no lo repetimos», explica.
Al principio Verbauwen se encargaba él mismo del desarrollo de los productos. Pero con el crecimiento de la marca, tuvo que empezar a delegar. Hoy hay un equipo de tres personas que se encargan de diseñar cada una de las prendas que llevan la marca.
La marca hoy está presente en más de 70 comercios multimarca de todo el país. Además, hicieron alianzas con compañías que venden productos complementarios, como suplementos deportivos y máquinas para gimnasios, para ofrecer la ropa en sus locales.
De exportación
Pero el salto más grande llegó casi sin buscarlo. Un uruguayo que había visto los productos de Fuark en las redes sociales quiso convertirse en el representante de la marca en Uruguay, Paraguay y Bolivia.
«Nos contactó y pidió ver cómo trabajábamos. Todavía estábamos en una etapa muy artesanal. Entonces, para hacerle ver que íbamos a poder cumplir con las entregas tuve que pedirle a un amigo que tenía taller que me dejara mostrarlo como propio«, dice.
En la actualidad, Fuark vende 3500 unidades por semana. Y tienen clientes que llegan a hacer hasta 15 compras en un año.
En los planes a futuro, Verbauwen espera sumar diferentes estilos de ropa e incorporar nuevas telas para salir de las salas de musculación. Además, en pocas semanas empezará a hacer envíos a todo el mundo desde su tienda digital.
Fuente: La Voz ~ Los usuarios reclaman por diferencias en las medidas de los talles y por falta de variedad. Un sector de comerciantes, marcas y emprendedores incorporaron de forma voluntaria los talles grandes, con buenos resultados.
Córdoba cuenta con una ley de talles, aprobada desde el año 2015, que disponía de 180 días para su implementación. La normativa nunca se aplicó en la provincia y el Gobierno tampoco impulsó su puesta en vigor. Sin embargo, sin verse compelidas, algunas marcas cordobesas tratan de brindar a sus clientes una variedad de talles más amplia.
A nivel nacional, existe la ley de talles 27.521, aprobada desde el año 2019, que tampoco consiguió ser implementada. Entre sus distintas regulaciones, plantea la creación de una tabla de medidas corporales normalizadas. La realidad es que hoy continúan trabajando en su futura reglamentación.
Lo que no consiguen las leyes va ocurriendo, de a poco, por conciencia. La incorporación de talles en Córdoba es una tendencia que crece lentamente, traccionada por las militancias y por la apertura de algunos emprendimientos y marcas: una solución que depende de la voluntad.
Pese a que son una minoría, los locales con talles grandes afirman tener una gran demanda a nivel local y nacional.
Comercios que incluyen a más cuerpos
Tomas & Anouk es una marca cordobesa con más de 10 años de antigüedad que surgió como una necesidad propia. La dueña, después de vivir en el exterior, volvió al país y se encontró con falta de talles y con ropa no acorde a su estética.
Hoy cuenta con más de 10 talles de prendas superiores y con 20 variedades de pantalones, que van del talle 34 al 64, lo más grande que existe en la industria.
Asimismo, en sus redes sociales y tienda web visibilizan cuerpos que salen del estereotipo hegemónico, reivindicando distintas edades, tamaños y géneros.
“No contratamos modelos, preguntamos en redes quiénes quieren participar. Las personas vienen como son, hay quienes deciden no depilarse y está bien. Incorporamos a quien nos falta representar”, explicó Carolina Goldberg, dueña de la marca.
El trato digno hacia sus clientes es uno de los emblemas de todas las marcas inclusivas. Por ejemplo, Tomas & Anouk colocó en su tienda carteles que prohíben los comentarios discriminatorios.
En Córdoba, también es difícil conseguir ropa exclusivamente de talles grandes que estén a la moda. Así surgió la marca Líbano, una tienda de ropa unisex que inició como emprendimiento y hoy vende por menor y por mayor a todo el país.
“Preferimos darle más accesibilidad al talle XL en adelante. Tenemos calidad, precios accesibles y gran amplitud de diseños; hay opciones urbanas, deportivas y de fiesta. Hace cuatro años que venimos comprando prendas en el exterior porque hay más multiplicidad de talles”, indicó Lucas, uno de los socios de Líbano.
Todos los locales coinciden en que la aplicación de una ley de talles nacional los beneficiaría para organizar la marcación de talles. “Se nos complicaba la fabricación, había lugares que no querían hacer nuestros moldes. Tenemos un lío con los talles para los encargos porque hay que asegurar las medidas de cada fábrica”, indicó el dueño de Líbano.
La ropa interior tampoco es la excepción. Florencia y Fernanda son hermanas y las diseñadoras detrás del emprendimiento Euforia Lencería. Desde el primer día pensaron en un producto que abarcara todos los cuerpos.
“Nos definen la diversidad y la actitud, siempre tratamos de empoderar. Nuestra ropa es para todos aquellos que se animen a usarlas. También incluimos artículos para personas trans”, comentaron las diseñadoras.
Al principio hacían ropa a medida. Actualmente, para busto tienen talles que van del 85 al 130, con modelos regulables que se adaptan a un 150. Para partes inferiores, hay talles desde el 85 hasta el 150 de cadera. Además, hacen prueba de talla para asegurar el tamaño y la comodidad de las prendas.
“Hay poca oferta de talles grandes, pero una gran demanda. En nuestras imágenes, encontrás cuerpos gordos para que la gente sepa que hay tamaños y también se sienta identificada”, aclaró Fernanda.
Experiencias de usuarios
Comprar ropa muchas veces se vuelve una actividad estresante, tediosa y hasta traumatizante para quienes no consiguen prendas acordes a sus cuerpos.
Dana reside desde hace más de 10 años en Córdoba. ”Antes no había muchos locales de prendas grandes, la mayoría no eran lindas y tenían precios elevados. Te encontrabas siempre con el talle único. Por necesidad, comencé a hacer mi propia ropa”, expresó.
La indumentaria era un impedimento para su identidad y para el desarrollo de algunas actividades. Confesó que también sufrió malos tratos en locales e insultos en la calle por su físico. Esto lastimó su autoestima y comenzó a ser noctámbula por algunos años. Dejó de frecuentar muchos lugares y sólo iba a la facultad.
Con la popularización del movimiento body positive, comenzó a aceptar su cuerpo. “Actualmente la situación es distinta, ante una discriminación no me quedo callada, y veo a más gente que se indigna cuando ocurre una situación de ese tipo. Hoy la oferta de talles aumentó mucho, pero sigue siendo ínfima”, aclaró Dana.
No es un tema exclusivo de mujeres. También lo sufren algunos varones. “Subí un poco de peso en la pandemia y me impactó la dificultad de encontrar talles. Me topé con medidas que eran más chicas que lo que decía la etiqueta. No tuve malos tratos, pero hay prendas de talle único y es angustiante porque te gustó la remera y no hay para vos. Suelo encontrar más tamaños y calidad en marcas extranjeras”, indicó Matías.
La inclusión, para la mayoría, está presente tanto en la representación de cuerpos diversos de las imágenes de marcas como también en las tallas.
Ley de talles 27.521
La finalidad de la ley nacional es construir un sistema único normalizado de identificación de talles de indumentaria (Suniti) para la fabricación y comercialización de indumentaria a partir de los 12 años. Esto incluye el calzado y los uniformes de trabajo.
Para ello, se realizaron estudios antropométricos en todo el país para conocer las medidas de los diferentes cuerpos de la población Argentina.
En tanto, la normativa establece que cada prenda de comercio o fabricante deberá identificarse con la tabla de talles establecida por el Suniti y estas medidas tendrán que exhibirse de forma visible en un cartel.
Los establecimientos que venden indumentaria deben garantizar un trato digno a sus clientes. En caso contrario, pueden ser denunciados en Defensa del Consumidor. Las sanciones establecidas son apercibimiento, multa o inhabilitación y llegan hasta penas de prisión para los casos de reincidencia y desobediencia a la ley.
¿En qué estado se encuentra hoy la ley? Según información de la organización Anybody, ya se finalizaron los estudios antropométricos y ahora esperan esos datos para ser analizados por expertos. Sobre la base de estos resultados, se realizará la tabla de medidas corporales normalizadas. Por el momento, sólo queda esperar su próxima reglamentación.
¿Cuál es el impacto en la salud mental y física?
Valentina Aquino, psicóloga especialista en autoestima corporal, explicó que en Argentina hay una tendencia a asociar el valor de la persona con lo estético, una cultura que adula la delgadez y que discrimina la diversidad corporal.
Aquino indica que el talle único y los estereotipos de las imágenes que generan las marcas hacen que el diálogo interno con nuestro físico sea cruel. Además, de manera imperativa, crean “cuerpos inalcanzables y deseos de entrar como sea en esas prendas”.
“Estas situaciones pueden generar tristeza y sufrir estados de depresión, de ansiedad y de aislamiento social. La consecuencia más grave son los trastornos de la conducta alimentaria, entre los más comunes están la bulimia, la ortorexia y la anorexia nerviosa. Hay un desorden alimentario que puede traer muchos problemas en la salud integral”, advirtió la psicóloga.
Para afrontar estos trastornos se debe realizar un tratamiento psicológico integral, en los casos más graves, acompañado de médicos clínicos, de nutricionistas y de psiquiatras, aconsejó Aquino.
Fuente: Cronista ~ Este año fabricará 24.000 kilómetros de tela para abastecer a las principales marcas de moda y ropa de trabajo del país. Marcelo Arabolaza, el CEO de Santista Argentina,sabe todos los secretos de la industria de la indumentaria, incluso por qué prendas básicas como un jean cuesta 10 veces más en un shopping que en la calle Avellaneda, cuando a ambos les vende la misma tela y al mismo valor.
Santista, una compañía con 45% de capitales argentinos y 55% brasileños, facturó $20.000 millones en 2022 y proyecta crecer este año, a pesar de que espera que sea un año más complejo y con caída de consumo. Acaba de invertir u$s 30 millones en máquinas, lo que le permitirá -y demandará- sostener los cuatro turnos con los que actualmente funciona su fábrica de Tucumán.
¿Cómo es el plan de inversiones que está encarando Santista?
Tenemos un proyecto bastante ambicioso, que abarca una inversión de u$s 30 millones. Durante 2022 ya invertimos u$s 12 millones. Este año, vamos a invertir unos u$s 10 millones y nos van a quedar para 2024 otros u$s 10 millones. Es un proyecto muy agresivo que abarca todas las áreas de operación de la empresa que tenemos verticalmente integrada, desde el algodón hasta la tela. Vamos a invertir en hilandería, en tejeduría y en terminación de las tres áreas core que tiene el negocio de producción en la planta de Tucumán.
¿Qué permiten las nuevas maquinarias que trajeron de Japón?
Acabamos de sumar estos 68 telares japoneses (marca Toyota, de última generación), que son mucho más anchos, con tecnología de la más avanzada que hay en el mundo y que nos permiten diversificar nuestra cartera de productos tanto en moda como en workwear (ropa de trabajo), donde tenemos nuestra marca Ombú, con una posición de liderazgo muy fuerte
¿Fabrican las prendas terminadas bajo esta marca insignia?
No, está tercerizado. Y tenemos todos los negocios bien diferenciados. Uno de moda, donde producimos denim y gabardinas. Y, por otro lado, producimos gabardinas para el negocio de ropa de trabajo, donde tenemos nuestra marca Ombú, con 17 licenciados que confeccionan la ropa. En moda proveemos tejidos para todas las marcas de moda de la Argentina, con un share importante de un 25%. En ropa de trabajo somos el principal proveedor de tejidos con garantía Santista. Hacemos 2200 kilómetros por mes de tejido, o sea 22.000 kilómetros por año. La fábrica es un monstruo. La mitad es para el negocio de ropa de trabajo y la mitad para el negocio de moda.
¿Por qué hay tanta diferencia de precio en las prendas terminadas que se venden un shopping o en la calle Avellaneda, si ustedes venden la misma tela que usan todas las marcas?
Yo lo hablo siempre con el Gobierno. Nosotros somos democráticos en ese sentido: le cobramos el mismo precio de tela a todos nuestros clientes desde los de la calle Avellaneda, que tenemos pilas, hasta las marcas número uno que venden en los shoppings. Un metro de tela vale $800 y un pantalón de jean lleva 1,20 metros. Es decir, lleva $1000 de nuestra tela. Después viene la confección, el lavado, la marca, los avíos, el alquiler del local, el shopping, la publicidad, muchos agregados. Pero el producto que vendemos nosotros es el mismo.
¿Es la misma tela?
Tenemos productos premium y productos básicos, pero con poca diferencia de precio. El premium cuesta $1000 el metro, y el otro $ 800.
«Le cobramos el mismo precio de tela a todos nuestros clientes desde los de la calle Avellaneda, que tenemos pilas, que a las marcas número uno que venden en los shoppings. Un metro de tela vale $800 pesos y un pantalón de jean, lleva 1,20 metros. Es decir, lleva $1000 de nuestra tela».
¿La incidencia de la tela en las prendas es bajísima entonces para las grandes marcas?
Eso se ve mucho cuando se habla de aumentos. Cuando nosotros aumentamos los precios, aumentamos por ejemplo un 5%, son $50 ¿Cuánto afecta $50 en el valor de un jean que se compra en un local? Yo soy vicepresidente de la Federación textil y tengo mucho intercambio con el Gobierno y siempre hablamos de estos temas. En nuestro eslabón, no somos formadores de precios. Por más que pidan que baje los precios, y yo baje un 5%, son 50 pesos. Qué ruido hace eso en el precio final que paga el consumidor.
¿A qué apuntan con este plan de inversión?
Vamos a hacer una revolución tecnológica completa. La fábrica cumplió 50 años en 2021 y lanzamos este proyecto que es muy ambicioso, con parte de financiación del Banco Nación, que es un crédito de u$s 30 millones. También tuvimos una mejora en la competitividad impositiva el gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, nos permitió equiparar condiciones con el resto de las provincias donde el resto de nuestros competidores están instalados.
¿Las dificultades económicas del país modificaron en algo esos planes?
Nosotros miramos el mediano y largo plazo. No nos podemos dejar llevar por la coyuntura. Ya hemos vivido situaciones parecidas en el pasado y sabemos que esto en algún momento cambia. Es cierto que es difícil pensar en la Argentina a largo plazo, pero no nos podemos dejar llevar por los problemas de la coyuntura actual, de la falta de dólares.
Nos tomamos muy en serio nuestro liderazgo, por eso sabemos que tenemos que hacer una renovación tecnológica que nos ponga de cara incluso de un mercado de exportación. Estamos pensando en un negocio preparado para una apertura de los mercados, que nos permita exportar en condiciones de eficiencia competitiva y para eso había que encarar un proyecto de renovación muy fuerte.
¿Tuvieron problemas para importar las máquinas?
Problemas tuvimos todas las empresas. Pero Santista es una empresa con una cultura muy fuerte en términos de transparencia y ética, y entiendo que eso fue muy importante a la hora de definir si se liberaba una Sira o no. Hasta ahora no hemos tenido grandes dificultades. Tampoco tuvimos problemas en la operación por falta de insumos y tampoco hemos tenido dificultades con relación a las inversiones. Si tuvimos algunas demoras.
¿Esas demoras generan un sobrecosto?
Y, sí. Los telares tendrían que haber llegado en octubre/noviembre. Por todo este problema de los cambios de las resoluciones del Banco Central, todos derivados de la escasez de dólares, se nos estiraron un poco los tiempos de embarque en Japón. Pero pudimos resolverlo y todas las máquinas que restan traer, y que tenemos el anticipo pagado, ya tenemos liberada las Sira. Entonces tenemos cierta tranquilidad y garantía de que el proceso de inversión está bien encaminado.
¿Prevén ampliar la producción?
Sí, exactamente. El año pasado produjimos 22.000 kilómetros de tela y facturamos $ 20.000 millones. Este año vamos a producir 24.000 kilómetros en el año, pero el proyecto apunta a ampliar un 30% nuestra capacidad productiva. Nuestra idea es llegar a 26.000 ó 27.000 kilómetros por año. Más allá de eso, lo más importante es que la tecnología que estamos incorporada nos permite abrir el abanico en productos técnicos, especialmente en la línea de workwear, donde tenemos de un negocio que va a crecer en forma de exponencial.
¿Un crecimiento atado a una mayor actividad de sectores como minería o petróleo?
Ya somos el principal proveedor de ropa de trabajo en la industria nacional. Ahora estamos saliendo de ese foco para ir a cubrir los riesgos como el fuego, el arco eléctrico. Ya tenemos un share de 50% en workwear, pero estamos viendo que nuestros clientes, que son las empresas a través de nuestros licenciatarios, ya no solo requieren ropa para trabajar sino una que además tenga tecnología específica que proteja del calor, que el tejido tenga características que den una temperatura estable al cuerpo, por ejemplo. Mucha de esa tecnología ya la tenemos pero ahora ampliamos nuestra gama de productos.
«Estamos haciendo alianzas con algunas empresas para que dejen de importar y compren el producto nacional que le vamos a ofrecer»
¿Le permite ganar en precio?
Sí, pero además hay que tener en cuenta que todo esos productos vienen de Estados Unidos. Se importan. Hoy no hay ningún productor en la Argentina que los fabrique, o sea que estamos sustituyendo importaciones. De hecho, ya estamos haciendo alianzas con algunas empresas para que dejen de importar y compren el producto nacional que le vamos a ofrecer.
¿Piensan en exportar?
Esta es una empresa mixta brasileña y argentina. Brasil tiene una cultura exportadora muy fuerte y no tiene estos problemas de apreciación de los tipos de cambio que lo saca de competitividad como a nosotros. Brasil siempre mantiene una línea de negocio de exportación tanto a Centroamérica como a Europa. Entonces, esos ya son nuestros clientes también. Les podemos exportar desde Brasil cómo desde la Argentina si las condiciones de competitividad y de producto se adecúan. Para nosotros es muy fácil comenzar a exportar, lo difícil es conseguir clientes pero muchos ya los tenemos porque les vendemos desde Brasil.
¿Por qué es más competitivo fabricar hoy en Brasil?
Brasil es más competitivo por dos razones: la escala y porque el Real oficial no está tan apreciado como el peso oficial argentino. Con un dólar oficial a $180, que es al que exportamos, somos caros. Pero pensamos que en algún momento, las condiciones cambian y nosotros vamos a estar preparados para ese momento, no tengo dudas.
¿Cuál es el mayor desafío hoy para la empresa?
Tenemos una posición muy fuerte. Dificultades siempre vamos a tener y pensar en el corto plazo no es una buena idea. Pensamos estos proyectos a largo plazo, no evaluamos tanto el payback inmediato. Sabemos que existe un riesgo país importante en la Argentina, inflación, falta de reservas; y hay que convivir con esas dificultades. Por eso pensamos en mediano plazo, no hacemos estos proyectos pensando en lo que necesitamos recuperar en 24 meses, porque no va a pasar.
¿El crédito es indispensable para crecer?
Es importantísimo pero en nuestro caso no imprescindible. Hubiéramos hecho igual el proyecto sin ese crédito. De hecho se atrasó la monetización del préstamo y hubo que pagar primero. A nosotros el Banco Nación nos aportó un 60% de algunos proyectos. Otros los estamos haciendo con recursos propios. Fue un aporte muy importante igualmente, y lo conseguimos gracias a nuestros socios argentinos que están en Catamarca. Sabíamos que de ahí podía surgir una mejor llegada a este tipo de financiamiento o de cualquier tipo de relación con el Gobierno que esté. Efectivamente pasó. En el Banco Nación realmente nos escucharon, entendieron cuál era el negocio, cuál era nuestra proyección, como por ejemplo que tenemos 1000 personas trabajando en la planta de Tucumán. Toda ese ese componente apalanca este proyecto sin duda porque es un préstamo con tasa blanda, en pesos, a pagar a cinco años, con dos años de gracia.
La verdad también es que nuestros accionistas solo piensan en el negocio textil, y eso es fundamental. Venimos de accionistas cuyo core era la energía y transporte (Camargo Correa). Ahora, tanto nuestros accionistas en Brasil como en Argentina sólo están pensando en el negocio y en invertir, no en sacar dividendos. Entonces, la facilidad y la velocidad en la toma de decisión para invertir es fantástica.
¿Santista es una empresa rentable hoy?
Si. Facturamos $22 mil millones. El negocio textil, en el eslabón que nosotros estamos, es un negocio de bajos márgenes. Cuando se avanza en los eslabones de la cadena textil se encuentra con otros tipos de márgenes que se ven en la prenda terminada.
¿Qué proyección tiene para este año?
Este es un año distinto a 2022. Ya hemos presentado nuestro presupuesto 2023 con algunas premisas que son diferentes porque puede haber algún cambio del punto de vista en el tipo de cambio. Eso va a afectar la economía real y también hay políticas monetarias que están apuntando a desinflar un poco la inflación y eso desapalanca el consumo. Venimos de un 2022 con un consumo súper apalancado, en exceso, con restricciones en la importación muy fuerte, entonces cuando la demanda supera la oferta, los precios se disparan. Y se disparan en la punta de la cadena. Aunque nosotros no subamos los precios, la prenda va a subir porque hay gente que compra más que la oferta que hay. No hay vuelta que darle, la economía funciona así.
Este año va a ser diferente. Menos consumo porque la política que el nuevo ministro de Economía implementó tienden a eso. Las tasas de interés subieron, los servicios están subiendo también, con lo cual va a haber menos dinero en la calle para consumo. Ahora, en paralelo es un año electoral con lo cual va haber compensación de un lado y del otro.
¿Aun así este será un año positivo?
Estamos apuntando a crecer en volumen de producción y venta. De 22.000 kilómetros a 24.000 kilómetros. Vemos un primer semestre asegurado en términos de demanda y de funcionamiento del mercado y un segundo semestre un poco más complejo. El pass through de aumentos de costos a precio va a ser más difícil pero también va a ser un año positivo.
¿Contratarán más empleados?
En 2022 crecimos un 8%, incorporamos casi 100 personas porque como las inversiones se van a plasmar efectivamente, en términos productivos, en este año y el año que viene; no nos quedó más remedio que subir en turnos.
Entonces tenemos hoy la fábrica a cuatro turnos. La fábrica no para nunca. Ahora vamos a incorporar tecnología que obviamente es más eficiente en términos de productividad y en términos energéticos. Eso nos va a dar mayor capacidad de producción y mantendremos a la fábrica con cuatro turnos.
¿Cuál de sus negocios estará más impactado?
Tenemos un posicionamiento muy fuerte en el mercado de workwear. Eso nos da una elasticidad prácticamente nula con respecto a las crisis. Es muy difícil que en ese negocio haya impacto por toda la penetración que tenemos y todas estas novedades que estamos incorporando. Ni lo vamos a sentir por la poca elasticidad que tiene a la crisis. El negocio de moda es diferente, es más elástico porque la reacción es inmediata. La gente deja de comprar y hacia atrás llega enseguida la fábrica.
¿Cómo están los stocks en ese mercado?
Están en cero. Nunca tuvimos tan bajos stocks en fábricas, en confeccionistas, en locales. Todo está quebrado técnicamente. Por eso creo que a pesar de que va a ser un año difícil, vamos a tener una demanda sostenida, aunque sea para cubrir stocks.
Fuente: NoticiasNQN ~ SM Andes.- Las reconocidas marcas de indumentaria femenina Portsaid y System realizarán su campaña otoño – invierno en los paisajes de San Martín de los Andes. Las imágenes se lucirán en los locales y en todas las acciones promocionales de las marcas.
El equipo a cargo de la producción de la campaña promocional de las marcas Portsaid y System está viajando por San Martín de los Andes desde el 9 al 13 de enero para concretar el acciones publicitarias. Esta es una acción organizada en conjunto por el Ente Oficial de Turismo Patagonia Argentina, y la Provincia del Neuquén a través de Neuquentur
San Martín de los Andes será escenario de la campaña de otoño – invierno de estas marcas de indumentaria urbana con fuerte presencia nacional, con un multitarget femenino que apunta a una mujer versátil con amplia gama de edades. Las tomas que resulten de esta acción vestirán los locales de las marcas a lo largo de todo el país y protagonizarán la campaña gráfica de la próxima temporada.
Estas acciones contribuyen a promocionar los paisajes de la Patagonia Argentina, Neuquén y en particular el destino San Martín de los Andes, a través de la asociación con marcas vinculadas al potencial mercado de la región a nivel nacional, como forma alternativa de mostrar los atractivos y escenarios patagónicos incentivando el deseo de viajar. Resulta también una acción de posicionamiento de las marcas Neuquén, San Martín de los Andes, Ruta de los Siete Lagos y Patagonia Argentina.
Fuente: IProfesional – Fundada en 1984 por una pareja de inmigrantes coreanos, Forever 21 márcó la moda de los 90 y 2000. Hoy lucha por recuperar su hegemonía
Mientras un joven Do Won Chang, el creador de la marca Forever 21, lavaba platos y servía café por menos de u$s3 la hora, se sintió defraudado. Hacía meses había cruzado el Pacífico norte desde Corea del Sur para cumplir «el sueño americano» y lo que estaba viviendo se parecía más a una pesadilla que a la historia de oportunidades que sus padres le habían contado cuando era un niño.
Es cierto que en su país natal las cosas no estaban bien a en 1981, cuando decidió emigrar, pero al menos no era un extranjero que debía trabajar 19 horas por día para sobrevivir. Como lo que sacaba en la cafetería no le alcanzaba, también atendía una estación de servicio y como eso seguía sin alcanzar, limpiaba oficinas a la noche. Mientras tanto, su flamante esposa, Jin Sook, con la que se había casado en Corea poco después de la primera cita, se ganaba la vida como peluquera (oficio que traía desde su país) en distintos centros de belleza de Los Ángeles.
Ese enorme sacrificio fue la base sobre la que se construyó una de las marcas más emblemáticas de fast fashion de fines del siglo XX y que hoy, en el nuevo milenio, busca reinventarse tras un período turbulento: «No teníamos estudios, no hablábamos bien el inglés, no dormíamos por las noches y cada uno trabajaba en 3 empleos diferentes mientras construíamos Forever 21», dijo Chang sobre aquella durísima época, en la que era un inmigrante asiático buscando cumplir el sueño americano.
La revelación
Cada vez que Chang llenaba el tanque en la estación de servicio y limpiaba con esmero el parabrisas de un auto buscando recibir alguna propina, entablaba en un esforzado inglés una breve conversación con la persona que estaba al volante. En esas charlas aparentemente sin importancia tuvo una revelación: descubrió que los que manejaban los mejores modelos estaban relacionados a la industria de la moda.
Fue entonces cuando decidió buscar un trabajo en una tienda de ropa para aprender los secretos de ese mundo desconocido que podía abrirle las puertas a una mejor vida. «Trabajé en ese negocio día y noche como si fuese mio», dijo Chang en una entrevista sobre aquel trabajo que cambiaría el rumbo definitivo de su vida y el de su familia.
En 1984, después de tres años viviendo en la ciudad norteamericana, el matrimonio logró juntar con mucho esfuerzo u$s11.000. Con ese capital compró un negocio de indumentaria que estaba en venta cerca del pequeño departamento que compartían con los padres de Do Won. No era gran cosa, pero al menos era algo propio. Lo llamaron Fashion 21 y contra sus propios pronósticos en menos de un año fue un éxito.
El nombre Forever 21 remite al público joven (su principal comprador) y al deseo de eterna juventud
Forever 21, el nombre detrás del deseo de eterna juventud
Mientras el dueño anterior había logrado facturar unos u$s30.000 durante los últimos 12 meses, Chang había alcanzado en el mismo lapso ventas por u$s700.000. ¿El secreto? Copiar modelos de su país de origen y replicarlos con los fabricantes coreanos que vivían en los barrios más humildes de LA. De esta manera, evitaba comprar a intermediarios y se aseguraba tener el producto rápido y a bajo costo. La calidad era algo en lo que Chang no reparaba.
En los inicios, Fashion 21 era un local de ropa pensado para la comunidad asiática de Estados Unidos, pero la moda atractiva y barata pronto empezó a atraer clientes de todo tipo. Era tal el éxito que comenzaron a abrir nuevas tiendas en distintas zonas de la ciudad y rebautizaron la marca con el nombre Forever 21, que remitía al público joven (su principal comprador) y al deseo de eterna juventud.
Los Chang siempre habían sido fervientes creyentes católicos, al punto de introducir la Biblia en su marca. De hecho, es famoso el John 3:16 en la parte inferior de las bolsas de plástico amarillas, que hace referencia a ese versículo de Juan y que va en contra de toda regla marketinera de no mezclar nunca negocios con religión.
«Esperamos que la gente conozca el amor de Dios, por eso ponemos esa escritura en las bolsas», explicó el matrimonio para hacer frente a las críticas, que no paraban de llover. Sin embargo, el versículo de Juan pueda que esconda mucho más que un mensaje religioso. También puede ser tomado como una declaración de principios empresariales. «De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna».
Vida eterna, para siempre. Los Chang no estaban dispuestos a conseguir nada menos que eso.
Crecimiento abrupto de Forever 21
Solo cinco años después de aquel primer local, Forever 21 ya tenía 11 tiendas en toda California y en 1995 cruzó hacia la costa este y abrió su primer local en Miami. Ese salto significó la explosión: hacia 1999 la marca ya se había expandido por todo Estados Unidos, con 100 locales de varios miles de metros cuadrados y múltiples pisos para atender a todos los públicos: mujeres, hombres, niños y bebes.
Para ese entonces, Chang ya había podido comprobar que su presunción sobre los autos, los conductores y la industria de la moda era correcta. Ya manejaba un último modelo.
Poco más tarde, llegaría el turno de traspasar las fronteras. Forever 21 se diversificó con nuevas líneas de negocios como belleza y amplió sus tiendas a 47 países en menos de seis años. Llegó a tener 800 locales, uno de 25.000 metros cuadrados en Nueva York. Ese crecimiento fue demasiado abrupto y descontrolado y, para muchos, significó el principio del fin. Incluso así lo confesó la mismísima señora Chang.
«No estábamos preparados para soportar ese tipo de globalización. Tener que adaptar nuestro surtido a los diferentes países creó un gran problema para nosotros», reconoció con una honestidad brutal la mujer que ayudó a construir el imperio del fast fashion.
De pronto, cientos de tiendas, de enormes dimensiones y miles de empleados, se volvió un monstruo difícil de operar, sobre todo en tiempos en los que la gente prefiere comprar online que gastar su tiempo yendo a un local.
Quiebra y ¿resurrección de Forever 21?
En 2019, ahogada por las deudas y las demandas por copiar diseños, así como denuncias por explotación laboral, Forever 21 presentó la quiebra. Pero eso no significó su desaparición.
En febrero de 2020 Simon Property Group, Brookfield Property Partners, del segmento de bienes raíces, y Authentic Brands, el holding que tiene marcas como Nine West y Aéropostale, la compraron por el módico valor de u$s81 millones y saldaron deudas por más de u$s50 millones.
Los nuevos dueños iniciaron un drástico proceso de reducción y cerraron cientos de tiendas en todo el mundo. Además, reforzaron el canal de venta electrónica, que empezó a tener gran relevancia dentro de la recuperación de la empresa, y sellaron alianzascon diseñadores e influencers jóvenes para llegar al corazón de la Generación Z.
Hace un par de años, los Chang vieron cómo se desmoronaba su gran imperio ante sus propios ojos. A pesar de la fe y de los deseos de eternidad, una de las familias más ricas de Estados Unidos se dio cuenta de que, a la larga, nada dura para siempre.
Fuente: La Nación ~ La cuarentena afectó a numerosas pymes que luego no pudieron continuar con su actividad; no es el caso de Mora.
El 18 de marzo de 2020 apagaron sus máquinas. Solo se desconectan una vez por año para su limpieza, pero esa vez no sabían cuándo volverían a encenderlas. La empresaria Beatriz Volosin, directora y creadora de Medias Mora, recuerda con tristeza esos momentos. Es lo que sintió cuando, a un día de que se anunciara la cuarentena para impedir el avance del coronavirus, cerró las puertas de su fábrica, Medias Mora, donde hacen más que medias.
La pyme nació como un pequeño taller, en 1978, cuando con su marido se aventuraron con el corte y confección: compraron un par de máquinas para fabricar joggings frizados para niños. “En los 90, con la invasión de productos chinos a precios a los que no llegábamos, aún insistíamos con la industria nacional”, cuenta.
Después de analizar el mercado, Beatriz concluyó que el nicho de la media de dama no estaba cubierto, y, con otro socio, decidió reconvertirse. Una vez más. Así surgió Medias Mora. Y siguió con la lencería y una línea de homewear, una adelantada, porque comenzó a fabricarla hace 15 años, luego de observar los hábitos de conocidos que vivían en Estados Unidos que trabajaban desde sus casas. Aunque sus vendedores insistían en llamarlos pijamas.
Desde su fundación, Medias Mora comenzó a producir y comercializar medias de mujer. Y aunque éste sigue siendo su caballito de batalla, con el tiempo, la firma fue sumando propuestas: hoy cuenta, además, con una línea de productos terapéuticos, lencería que modela la figura, ropa interior y ropa para estar en casa.
El camino exportador
“Cuando empezamos a expandirnos internacionalmente, los primeros años tuve que capacitarme en comercio internacional ya que mi carrera se basa en lo textil y en el marketing. Fue un gran desafío aprender a negociar y además comprender que cada país es un mundo”; comenta y asegura que “poder entender las diferentes culturas y cómo cada una se maneja en los negocios es la clave”.
La empresa ya tiene presencia en todo el país a través de sus vendedores y exporta a Chile, Uruguay, Paraguay y Brasil.
A principios del octubre la firma participo del showroom de la Moda en Uruguay. La misión comercial fue organizada por la Federación del Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (Fecoba), con el apoyo de la Agencia de Promoción de Inversiones y Comercio Exterior de la Ciudad de Buenos Aires (InvestBA).
“Las pymes familiares son clave para la recuperación de la cultura de trabajo, que se ha diluido debajo del modelo de asistencialismo”, comparte la empresaria..
“La pasión de los titulares de pymes se ve en la ciudad de Buenos Aires cuando deciden continuar en sus plantas y no vender para hacer negocios inmobiliarios de alta renta. Porque el empresario pyme tiene un compromiso social que muchas veces no es apoyado desde el espacio público. Una empresa que cierra es mucho más que unas cuantas familias sin ingresos. Son historias de vida, de generaciones que han no solamente soñado, sino forjado una industria pujante cómo la que tenemos en Argentina. A pesar del bloqueo de importaciones que afecta la cadena industrial por falta de insumos, créditos a tasas abusivas, leyes laborales inflexibles, carga tributaria injustificada para la contraprestación que dan y la inflación galopante, las pymes siguen trabajando. Porque saben que por su sangre corre lo más importante, la capacidad de generar una nación que se ponga de pie”; comenta Martín Picón Secretario de Comercio exterior de Fecoba.
“La moda es considerada por parte de los distintos gobiernos del mundo una industria muy importante. Esto lamentablemente no sucede en nuestro país. Sin embargo cuando se tiene en cuenta la cantidad de personas que trabajan en este rubro, con innumerables empresas que intervienen en los procesos, hay que valorar que se trata de una importante industria generadora de empleo genuino”, continúa.
“Nuestro compromiso se extiende a la participación colaborativa con organizaciones sociales, potenciar el empoderamiento de la mujer y acompañar las diferentes etapas de la niñez en su camino hacia la adolescencia y la vida adulta”; agrega.
“Todas las decisiones que se toman dentro de Mora apuntan al desarrollo de una organización económicamente sustentable sin descuidar nuestro rol social”, finaliza la fundadora de la pyme.
Fuente: InfoNegocios ~ Las palabras “calor”, “verano” y “vacaciones” tienen un denominador común: “las mallas”, y Be Loved sabe de eso. ¿Quiénes están detrás de la marca cordobesa? Dolores Castro y Marcela Livi, dos emprendedoras que se asociaron en 2018. ¿Qué ofrecen? Mallas (bikinis y enterizas) con un gran valor agregado.
Dolores y Marcela son amigas de toda la vida, y desde muy chicas estuvieron interesadas en todo lo que tiene que ver con la moda y la indumentaria. Desde hace años están vinculadas a la industria: cada una, por separado, pudo tener su marca de ropa y bikinis. Pero en 2018 decidieron asociarse para llevar adelante un proyecto más robusto.
“Siempre tuvimos el sueño de emprender juntas, de tener nuestra propia marca, tratando de brindar todo eso que veíamos que otras marcas no tenían. Desde el momento cero nos dimos cuenta que teníamos que trabajar fuerte para lograrlo”, comenta Dolores.
Temporada Verano 2023
Mallas, claro, elaboradas con doble lycra Solar Max UV protection (lo cual no se encuentra en el común del mercado) que se adaptan a distintos cuerpos y, como valor agregado: son reversibles en diferentes colores. Eso las convierte en “2X1” (tenés dos mallas en una).
¿Los talles? Del 1 al 4, pero en algunos casos confeccionan mallas a medida, lo que lo convierte en un proceso mucho más personalizado. Los precios de las bikinis van de los $ 12.000 a los $ 14.000 y las enterizas entre $ 18.000 y $ 20.000.
“Por el tipo de confección, nuestras mallas se adaptan fácilmente a diferentes cuerpos, ese es un concepto que nos propusimos desde un principio, crear un producto que se adapte a todas y no al cuerpo estereotipado”, expresó Dolores.
¿Cómo es el proceso de producción? Comienzan con el diseño de los modelos, para pasar a hacer la moldería y las muestras, que se cortan para enviar a un taller de armado. Los talles personalizados son los que demoran un poco más en hacerse. Dato: para llegar a la temporada de verano, comienzan en invierno a diseñar (para poder llegar a septiembre con el muestrario de colección).
El año pasado, Be Loved comenzó con la venta mayorista haciendo envíos a todo el país. Actualmente, tienen varios proyectos: sumar una línea para niños y otra de indumentaria que acompañe la experiencia de disfrutar Be Loved.
“El proyecto se inspiró en la pasión y las ganas que siempre tuvimos de crear, diseñar y presentar prendas con un diferencial que sea valorado por las nos eligen a la hora de decidir la compra de nuestro producto. En definitiva, queríamos crear una prenda que abarque diseño, calidad, comodidad y precio”, finaliza Dolores.
Fuente: Página12 ~ Hay una sóla empresa de confección y dos que producen telas. Qué pasa con los parches de FIFA y por qué no hay datos de ventas de los primeros días de la nueva casaca con las tres estrellas.
La coronación de Argentina como campeón del mundo en Qatar alimentó aún más el furor de ventas de la camiseta de la Selección, al punto de que hoy es prácticamente imposible conseguir la celeste y blanca en el país y el resto del planeta. En el primer día de ventas, el lunes último, las variantes con las estrellas que representan los tres mundiales conseguidos, sólo se comercializaron muy marginalmente en el sitio web de Adidas, la marca que viste al conjunto nacional, y hubo fuertes reclamos y quejas en redes porque pocos o casi nadie pudo acceder a comprarla.
El misterio de por qué la camiseta, que tiene precio puesto en 23 mil pesos, no se consigue, tiene diferentes respuestas que Página I12 reconstruyó en diálogos con quienes están en la producción y el negocio de la venta. El primer dato que surge es que, según la marca, antes de que iniciara el mundial de Qatar, ya se habían vendido un 55 por ciento más de camisetas de las Selección que en el mundial de Rusia 2018. La casaca empezó a venderse en julio, y ya iniciado el torneo se habían agotado no solo en Argentina, sino en el mundo, las que tenía el nombre de Lionel Messi en la espalda. Luego, cuando empezó a rodar la pelota hasta la final con Francia, se dispararon las venta a niveles récord.
Fuentes de la empresa Adidas dijeron a este diario que todo lo que se produzca esta semana se volcará enteramente a las ventas on line en el sitio de la empresa, y que durante enero y febrero la camiseta con las tres estrellas llegará a los locales físicos. Vale decir que las bordadas con tres estrellas serán solo, en esta etapa inicial, las de bastones celestes y blancas. Quizás, luego de febrero haya alternativas como la camiseta suplente, de color violeta, y las remeras blancas que los jugadores usaron para festejar en el micro descapotable.
De todos modos, y a pesar de que la venta on line da datos en tiempo real, en la empresa no brindaron las cifras de ventas en los primeros días. Aseguran que es política global de la marca. Tampoco sobre cuánto se produjo para abastecer la demanda. Algo similar, salvando las distancias, ocurrió con las figuritas del Mundial. La empresa Panini no tuvo espalda para abastecer la sobredemanda y por esa razón eligió no dar datos de volúmenes producidos. Ergo, en los picos de la demanda, aunque haya mucho interés por el producto, no se sabe con precisión si se fabricó mucho o poco.
¿Por qué no hay?
La camiseta de la Selección se fabrica casi íntegramente en el país, tanto las telas como la confección. Sólo algunos detalles son importados. Según contaron fuentes del sector textil nacional, el problema de los faltantes de camisetas no tiene que ver con restricciones al acceso a dólares para importar, sino más bien porque la infraestructura no da abasto para contener semejante nivel de demanda. Un dato curioso antes de detallar el proceso de la original, es que la que sí parece tener espaldas para producir en volúmen es la fabricación de imitaciones: en el mundo textil calculan que las ventas de camisetas truchas aumentaron más de 500 por ciento con precios que arrancan en 2500 pesos y terminan en 7000 pesos las más parecidas.
En Argentina hay una sola empresa que confecciona la camiseta original con la marca Adidas. Es una fábrica llamada RA Intertrading, que tiene una planta en Lugano, Capital Federal. Es quien tiene la licencia de fabricación, cuenta con 700 empleados en todo el país y es una de las empresas textiles más grandes. Asimismo, la marca tiene homolagadas otras dos empresas que le venden la tela hecha en Argentina: la referencia es para Amesud y Texcom.
El problema del estallido de la demanda es que RA Intertrading tiene líneas de producción en las que no sólo hace camisetas celestes y blancas. También confecciona las casacas de clubes locales como Boca, River, Racing y Vélez, además de otros productos textiles que no tienen nada que ver con el fútbol. «En pocas palabras, no dan abasto», sintetizó una fuente textil a este diario.
La otra pregunta válida es por qué la marca no empezó a producir antes previendo que las ventas se dispararían. Cuentan que ninguna empresa en el mundo lo hace porque no se tiene certeza de hechos deportivos con antelación.
Partes importadas, ¿otra traba?
Si bien la confección y casi la totalidad de las telas son nacionales, la camiseta argentina tiene algunos componentes importados que algunos señalan como una parte del problema de la demora en el abastecimiento. Si bien el escudo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y la moneda que la camiseta tiene en la espalda se hacen a nivel local, los hologramas de la copa mundial y los parches de FIFA son importados. Sobre todo los parches tienen problemos globales de abastecimiento. Los que están en el negocio aseguraron a este diario que «no llegan de manera inmediata».
En paralelo, en el mercado aclaran que, como ocurre con los clubes grandes de la liga argentina, se venden camisetas de «campo de juego» y las denominadas réplicas. Las primeras son de una calidad mayor que las segundas y tienen un precio más caro. En el caso de las de campo de juego, hay partes de la tela que sí son importadas, no como el caso de las réplicas, que son confecciones 100 por ciento nacionales.
Fuente: La Nación ~ Topper se une a Ropa Revolver para lanzar una línea de moda urbana con inspiración en la icónica ropa deportiva de los 90 y en los gloriosos años del tenis argentino.
Topper es la marca de calzado, indumentaria y accesorios de territorio nacional que vuelca todo su orgullo de ser argentina en cada producto. Su inspiración está puesta en nuestra cultura, en los clubes, en las calles y en cada hito de la historia deportiva. Es por eso que en cada colaboración elige asociarse con marcas y diseñadores locales. En esta oportunidad, Topper se unió con Ropa Revolver, una marca que trabaja fortaleciendo la identidad argentina, para lanzar una línea de indumentaria y calzado urbana inspirado en la ropa deportiva de los años 90s.
El arte, los oficios, la industria, el trabajo y el deporte son distintas formas de expresión que se pueden resignificar desde una mirada artística para representarnos como argentinos. La colaboración de Topper x Revolver nace por la necesidad de una reivindicación de la cultura local de nuestro país. En línea, este nuevo lanzamiento cobra sentido y refuerza el territorio sobre el cual la marca se construye.
#TopperxRevolver es una colaboración pensada por y para los argentinos basada en nuestra icónica moda deportiva de los 90.
Los años 90 fueron los años dorados del tenis argentino, donde la moda aparecía no solamente para resolver necesidades técnicas, sino para darle estilo al deporte. La colección urbana inspirada en los looks y materialidades propios de la década trae elementos visuales y paletas de colores propias del tenis. Los naranjas, azules, petróleos, crudos, el bordeaux y el piqué como materialidad son los elementos que más representan a los 90 y al deporte.
Topper es una de las principales marcas que representan y marcan tendencia en la industria nacional del calzado, convirtiéndose en un ícono. En 1975 nació como una marca con el foco en el deporte y fue protagonista de grandes hitos de la historia deportiva de la mano de figuras emblemáticas del tenis, fútbol, básquet y rugby. Es parte de nuestra identidad y está presente en la memoria emotiva de cada argentino.
Es por eso que también se decidió reinterpretar dos de los modelos de zapatillas más icónicas de Topper – las X Forcer y las clásicas Profesional de lona – también para homenajear la propuesta original que marcó el rumbo de la marca y de la moda argentina.
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