Indumentaria: ¿Por qué Argentina tiene la ropa de hombre más cara del mundo?

Fuente: Perfil – ¿Cuáles son los reales motivos? Según una encuestadora privada y en base a una canasta de 8 prendas básicas masculinas.

Los pronósticos para la venta de ropa de hombre respecto de los altos precios en Argentina, de hecho, los precios más caros del mundo, “son similares o guarismos incluso peores” que en el caso de la ropa femenina. A los hombres también les gusta producirse para el día a día. Sin embargo, cada vez es más complicado tener acceso a precios razonables para renovar el guardarropa o hacerse un mimo con un auto regalo, sin dejar el sueldo en el intento de comprarse una linda camisa, un pantalón o un tapado.

Un relevamiento realizado por la consultora privada Miglino y Asociados reflejó los resultados que muestran que vestirse es una odisea para los hombres argentinos, que no pueden encontrar prendas accesibles en el mercado. La encuestadora hizo un sondeo de precios de ropa masculina, en más de 800 comercios de 15 provincias del país, para el periodo que abarco desde casi mediados de febrero hasta los primeros diez días de marzo de este año.

El sondeo se hizo a partir de una canasta de 8 prendas básicas: pantalón de jean, pantalón de vestir, remera, camisa sport, camisa de traje, saco, campera y bermuda. “Siempre tomamos el valor más caro y el más barato de las marcas, haciendo un promedio”, detalló el informe. Para el relevamiento se tomaron “24 marcas líderes como Zara, Rochas, Bensimon, Tascani, Mancini, Etiqueta Negra, Levis, Lacoste, Legacy, Cardón, La Martina, La Dolfina”, por mencionar algunas y “otras marcas más pequeñas que representan el 98% del mercado argentino de ropa masculina”, señaló Miglino.

A su vez, el trabajo destaca que “en Argentina se venden unos 120 millones de prendas masculinas al año, es decir que cada uno de los 23 millones de hombres que hay en el país, compran 5 prendas en promedio por año”.

Valores promedio del mercado local

Los ocho productos seleccionados para la canasta, son prendas de uso común para la generalidad de los hombres. «No tomamos para el estudio trajes porque más allá de abogados y ejecutivos, son pocos los hombres que lo usan. Abrigos y pilotos que cada vez se usan menos, pulóveres y pantalones cortos”, detalló el informe. Además, remarcó que “en todos los países evaluados y las ocho prendas, Argentina tuvo en promedio, los valores más altos en dólares”.

El informe precisa el precio promedio para cada una de las ocho prendas de la canasta, solo por dar algunos ejemplos de referencia aquí se detalla:

-Camisa sport: en Argentina cuesta un valor promedio $130.000, lo que equivale a USD 152. El sondeo muestra que la misma camisa o similar, en Estados Unidos cuesta USD 82; Francia USD 112; Italia USD 114; España USD 90; Japón USD 116; México USD 44 y Brasil USD 66.

El relevamiento evidencia que en el mundo la camisa Polo Ralph Lauren tiene un precio de USD100, es decir, más barato que el precio de venta en Argentina para una camisa que no es de marca.

-Pantalón de jean: en el mercado local tiene un precio promedio de $90.000, lo que equivale a USD105. El mismo producto cuesta en Estados Unidos USD 70; Francia USD 90; Italia USD 92; España USD 78; Japón USD 99; México USD 40; Brasil USD 72.

-Remera: En Argentina cuesta en promedio $62.000 un equivalente a USD 72. La misma prenda cuesta en Estados Unidos USD 56; Francia USD 62; Italia USD 65; España USD 60; Japón USD 66; México USD 39; Brasil USD 51.

No es la carga impositiva

Al analizar los motivos para que Argentina tenga los precios más altos del mundo en ropa de hombres, desde Miglino destacan en su informe: “Podemos establecer que las industrias que producen prendas de vestir de hombre y mujer, tienen una producción inmensa. Por eso no se entiende que los valores estén más inflados que en países desarrollados con niveles tributarios similares, como México, Brasil o España; o incluso más altos, como es el caso de Estados Unidos, Francia, Italia y Japón”. Los motivos aplican tanto para explicar los valores desorbitantes en el precio de ropa femenina como masculina.

El argumento tramposo del alquiler

Otro fundamento que el informe descarta como justificativo para el precio tan elevado de las prendas en Argentina, es el precio de los alquileres. “Muchos empresarios dicen que el aumento en el precio de los alquileres, en especial en los shopping, les juega en contra”.

Pero Miglino señala que no es motivo válido ya que “es obvio que en locales de Champs Elysées o en el Barrio Latino de Paris o en Times Square de Nueva York, en Madrid, Tokio o Roma; los valores triplican, a los valores de alquiler de un local en Buenos Aires, Neuquén, Mendoza, Córdoba, Formosa, Santa Cruz y otros».

Supuestos altos salarios

El trabajo de la consultora también remarcó que “los empresarios de producción, importación y venta al público, se justifican con los gastos de salarios” de los empleados. Pero, está claro, dice el informe, que “con un sueldo promedio de $500.000”, lo que equivale a USD 583, los empleados de comercio argentinos “están muy lejos de sus pares de Estados Unidos USD 3.890; Francia USD2.100; Italia USD 2.200; España USD 1.600 y Japón USD 4.400”.

La caída en las ventas traerá precios “razonables”

Para concluir, el sondeo de la consultora remarcó que no “entienden los elevados valores de la ropa de mujer y hombre en Argentina”. Solo se explica, dice el informe, si se contemplan “dos elementos importantes: la salvaje remarcación que hubo desde diciembre 2023 y el concepto de ‘me cubro por las dudas’ que no merece mayores explicaciones”. También agrega, a modo de cierre del informe, que ante la caída en las ventas y un consumo estricto de lo “imprescindible”, “es perfectamente posible que los empresarios reajusten los precios a valores más razonables”.

AO JL

Indumentaria: Argentina tiene la ropa de mujer más cara del mundo: ¿Por qué?

Fuente: Perfil – Según una encuestadora privada y en base a una canasta de 12 prendas femeninas. Cuáles son los motivos para este desfasaje con los precios a nivel global.

Comprar ropa en Argentina ya es casi una misión imposible para un asalariado que ve sus ingresos licuarse al ritmo de la inflación. Con valores impensados para prendas que se venden a precios internacionales e incluso más caros. De hecho, la conclusión de un reciente sondeo lo anticipa: la ropa de hombre y mujer en Argentina tiene los precios más caros del mundo.

Un relevamiento realizado por la consultora privada Miglino y Asociados reflejó los resultados que muestran que vestirse es una odisea para los argentinos, que no pueden encontrar prendas accesibles en el mercado local. La encuestadora hizo un sondeo de precios de ropa de mujer, en más de 1.200 comercios de 15 provincias del país, para el periodo que abarcó desde casi mediados de febrero hasta los primeros días de marzo de este año.

Canasta básica de prendas

El trabajo tomó como base una canasta compuesta por 12 prendas femeninasde las más usadas, como puede ser un pantalón de jean, un tapado, bombacha y corpiño, remera, blusa, short, camisa y saco de vestir.

“Siempre tomamos el valor más caro y el valor más barato de las marcas, haciendo un promedio. Hemos tomado 30 marcas como Kosiuko, Awada, Nuevos Ayres, Ver, Rapsodia, Rimmel, Westwood, Sweet, Peuque, Markova, Yagmour, Materia, Normandie, Le Utthe, Como Quieres que te Quiera, Sail, Cuesta Blanca, AY NOT DEAD, Vitamina, Allo Martinez, Akiabara, Chatelet, Clara Ibarguren, Jazmín Chebar, María Cher, Etiqueta Negra, La Martina, Perlea, Selú, Meu Bem y otras marcas más pequeñas que representan el 98% del mercado argentino de ropa femenina”, precisa el informe.

Según surge del sondeo “el valor promedio para el set de 12 prendas fue de $1.050.000”, que al tipo de cambio del dólar oficial para el momento del relevamiento arrojó un equivalente a USD 1225 (cotización a $857). El trabajo destaca que se tomaron los valores extremos, el precio más caro y el más barato de cada marca, para los 12 productos seleccionados. El promedio arrojó un valor por arriba del millón de pesos ($1.050.000), lo que representa USD 1.225, según la cotización oficial de la divisa para el 1 de marzo.

Internacional pero más barato que en Argentina

El trabajo de la consultora también evidenció, al comparar el precio (USD 1225) para el mismo set de 12 prendas de mujer con los valores de otros siete países, que en todos los casos fue significativamente menos costoso. En Estados Unidos el precio llegó a USD 880; en Francia USD 1.200; en Italia USD 1.180; en España USD 1.100; en Japón USD 1.160, en México USD 660 y en Brasil USD 890.

En ese sentido, el estudio remarca que “ese valor supera el promedio de las 10 marcas de ropa más vendidas en Estados Unidos de América, Japón, Francia, España, Italia, México y Brasil». Asimismo, Javier Miglino, Director de Miglino y Asociados señaló que “en Argentina se venden unos 96 millones de prendas femeninas al año”.

El trabajo de sondeo de precios detalló los valores promedio en el mercado local: falda $62.000; pantalón de jean $58.000; pantalón de vestir $64.000; short $ 57.000; camisa $68.000; saco $170.000; vestido $175.000; blusa $56.000; remera $31.000; tapado $204.000; bombacha $45.000 y corpiño $60.000.

En recientes declaraciones en Radio Continental, Miglino precisó: «En ropa de mujeres, Argentina vende al año casi cien millones de productos. Cada mujer argentina compra un promedio de cinco prendas por año, más que en Europa. Hay 30 marcas que se llevan el 98% del consumo de las mujeres. Para 12 prendas, te da una canasta de más de un millón de pesos, unos 1255 dólares, en EE.UU. da 880, Francia 1200, México 660 y Brasil 890″.

Con precios de las grandes marcas

Desde Miglino destacaron que el informe reveló que en Argentina es común encontrar “pantalones de jean para mujer a más de USD 60 cada uno”. Sin embargo, ese precio se corresponde solo “con marcas de etiqueta como Louis Vuitton, Versace, Armani o Jean Paul Gaultier que en Argentina no se fabrican ni se venden”. Agrega el estudio, que “el mismo producto cuesta mucho menos en París, Madrid, Nueva York, Tokio, Roma, México DF o San Pablo”.

A su vez, explica el informe que “la ropa interior de marcas de gama media, porque Argentina no produce ni comercializa lencería de alta gama, están a valores que superan los de la afamada marca Victoria´s Secret”. Como referencia, el precio promedio para bombachas de marca ronda $45.000 y los corpiños $60.000. Por lo tanto, un conjunto de culotte y soutien cuesta $105.000 (USD 122.50).

Vestirse solo con lo “imprescindible”

El informe de Miglino señala que “la ropa femenina que no es de etiqueta cuesta prácticamente lo mismo en todo el mundo”. Pone énfasis también en el dato que indica que “las mujeres argentinas compran unos 96 millones de prendas cada año, es decir unas cuatro prendas anuales” cada una. La cifra “nos evita creer que hay pocas ventas en el rubro”.

No obstante, el relevamiento concluye que “dado que en este 2024 nos encontramos en una situación económica muy difícil”, resulta aconsejable y necesario “pensar dos veces antes de comprar” y al hacerlo, “comprar solo lo imprescindible”.

¿Por qué Argentina tiene los precios más altos?

No se discute que comprar ropa en Argentina implica pagar precios más elevados que en cualquier otro país del mundo, incluso en prendas de grandes marcas de etiqueta. En declaraciones a Continental, el Director de Miglino y Asociados, señaló que “si el producto se vende como loco, casi 100 millones de prendas por año, si se vende en lugares donde el precio de alquiler es menos costoso que en otros lugares, con carga impositiva igual o menor, y con empleados con sueldos de cuatro a menos veces el valor de sueldos en otros países ¿Cómo puede ser que Argentina tenga la ropa más cara del mundo?”.

Miglino indicó que según refieren los empresarios del rubro, hay dos factores determinantes: “una remarcación salvaje” que todos saben es cierto. Y también “el famoso ‘me cubro por las dudas’, que deja a muchas personas con la billetera vacía”.

MVB JL

Apertura de importaciones preocupa a la industria pyme, que volvió a caer

Fuente: BAE – La industria pyme cayó 9,9% anual en febrero.

La apertura de importaciones ratificada por el Gobierno nacional para presionar lo precios a la baja preocupa a la pequeñas y medianas industrias que volvieron a mostrar una caída en la actividad por tercer mes consecutivo.

Ante la persistencia de la inflación que marcó en febrero 13,2 por ciento, el ministro de Economía Luis Caputo anunció que se abrirán las importaciones de productos terminados, con el objetitvo de abaratar el precio final al consumidor. 

En febrero, la industria pyme se retrajo 9,9% frente al mismo mes del año pasado, a precios constantes, en el tercer mes consecutivo de caída aunque aminoró la tasa luego de haberse retraído entre 27% y 30% en diciembre y enero, respectivamente. En la comparación mensual, desestacionalizada, también se registró un descenso de 7,7% y en el acumulado del año la actividad cae 21,7%.

Las empresas operaron en febrero con 70,9% de su capacidad instalada, manteniendo los niveles de enero (70,8%). Si bien 32,7% de las industrias siguen reportando problemas para la reposición de stock, son dificultades de mucha menor escala que meses anteriores.

Suba de costos

Lo que más preocupó en febrero fueron las subas de costos, especialmente en servicios y combustibles. Las industrias consultadas manifestaron las dificultades que conlleva trasladar a precios esos incrementos en el contexto actual. A su vez, hay incertidumbre por el impacto que pudiera tener la apertura de importaciones en algunos sectores.

Estos resultados surgen del Índice de Producción Industrial Pyme (IPIP) que elabora CAME, con una muestra que alcanzó a 413 industrias pymes a nivel federal.

Cinco de los seis sectores manufactureros del segmento pyme relevados tuvieron caídas en la comparación anual, pero los más afectados fueron “Papel e Impresiones” (-24,6%) y “Químicos y Plásticos” (-23,1%).

En el caso del rubro Alimentos y Bebidas,  la caída fue de 0,3% anual a precios constantes en febrero y de 1,1% en la comparación intermensual. En los primeros dos meses del año acumula una baja de 14,6% anual.

En febrero continuaron las subas de precios en los insumos del sector, pero al mismo tiempo se normalizaron las entregas frente a una coyuntura económica algo más predecible. Aun así, las empresas señalaron perjuicios por las subas de costos, principalmente de la energía y el transporte.

Por el contrario, y como dato estacional, indumentaria y textil creció 10,5% anual en febrero, aunque registró una caída de 2,4% frente a enero.  Las industrias operaron con 72,6% de su capacidad instalada, 4,4 puntos por encima del mes pasado, lo que refleja el repunte en la producción.

El inicio del ciclo lectivo y de actividades deportivas levantó la demanda de las pymes orientadas a este segmento, que habían tenido un enero de muy poca demanda. Empresarios consultados manifestaron quela mayor preocupación del sector es la posibilidad de una apertura en las importaciones, lo que sacaría a muchas industrias del mercado.

En el caso de «Maderas y Muebles»,el sector se retrajo 10% anual a precios constantes  con el dato de que empresas vinculadas al sector de la obra pública son las que atraviesan la situación más difícil por la parálisis de esa actividad.

En el caso del sector de metálicos, maquinarias, equipos y material de transporte, hubo una caída de 15,2% anual a precios constantes en febrero y del 4,9% en la comparación intermensual. En los primeros dos meses del año acumula una caída de 27,9% en relación con el mismo período del año pasado.

Arte y moda: un mensaje de las montañas a la pasarela

Fuente: Clarín – Un impactante desfile coronó la exposición La Tierra nos habla, con obra de tres destacados artistas argentinos en el Hotel Hilton de Buenos Aires. Curada por Andy Benegas, la muestra que reunía trabajos de Carlos Gómez Centurión, Joaquín Fargas y Teresa Fernández Mouján, cerró con un diálogo particular entre la obra de allí expuesta de Gómez Centurión y los modelos que el diseñador Francisco Zito confeccionó con materiales sustentables, denim y textiles reciclados. Todo sucedió el Día Internacional de la Mujer, con un desfile en el que participaron mujeres del arte y la moda.

“El arte siempre ha ejercido su influencia en la moda, pero cuando el artista textil se atreve a ir más allá de referencias o guiños sutiles, y en su lugar crea en conjunción con el artista visual, se genera una obra auténticamente extraordinaria y original, abriendo un espacio nuevo y emocionante donde ambas disciplinas se dan la mano”, le dio a Ñ Francisco Zito, durante el evento organizado por Christy Russo.La modelo Ingrid Grudke viste una de las creaciones. La modelo Ingrid Grudke viste una de las creaciones.

Al son del preludio de la ópera La Valkiria del compositor alemán Richard Wagner, desfilaron sus trajes la modelo y presentadora misionera Ingrid Grudke; la gestora cultural Virginia Agote, quien fuera Secretaria de Cultura de San Juan; Camila Crescimbeni, creadora de la empresa de impacto social The Future Co.; la artista Flor Alvarado, coordinadora del colectivo antirracista Identidad Marrón y la diseñadora y emprendedora sostenible Mercedes Pereyra. Vestidos en denim, materiales reciclables y cuero, con detalles en tules, cristales y pasamanería se destacan en sus creaciones.

La obra exhibida, cinco telas impregnadas de tierra y arcilla generando una mímesis con el paisaje de las montañas de San Juan, formó parte de una instalación exhibida en agosto en la Usina del Arte. “La temática gira en torno a dos ejes: el desamparo del hombre contemporáneo frente al cosmos del universo, basado en la obra Ser y tiempo de Martín Heidegger y la Tetralogía de Wagner La Valkiria, que deja al descubierto la codicia y el sinsentido de las luchas humanas por el oro del Rhin y el poder,” relata Gómez Centurión en diálogo con Ñ. Sus telas pintadas con ceniza, huesos molidos, vísceras disecadas y dentaduras de oro, nos hablan del cosmos.

Oriundos de San Juan, Gómez Centurión y Zito imprimen en sus creaciones la estética del paisaje de su tierra, inspirados en la fuerza de la naturaleza, la magnificencia de los materiales y el diseño. La acción busca concientizar sobre la crisis ambiental y el cambio climático.

“Me pareció muy interesante que Francisco Zito, a quien admiro como diseñador hace mucho tiempo, quiera interpretar y hacer una producción de vestuarios inspirados en la obra de Carlos, en estas cinco grandes telas de su última propuesta. Era una gran apuesta y se logró. En lo personal fue un desafío encarar este rol y una alegría poder acompañar a Carlos y a Francisco, a quienes admiro”, comentó Virginia Agote.

Completan la muestra la artista Teresa Fernández Mouján, quien trabaja con elementos naturales aglutinantes como el cuarzo, la tierra, el mercurio y la magnetita. “Sus volcanes rugen desde el interior de la tierra, dando cuenta de la irremediable grieta que nos atraviesa como humanos”; y el artista e ingeniero Joaquín Fargas, que tematiza la preservación a partir de sus bioesferas de acrílico, donde habitan plantas en su interior. Recrean la capa atmosférica que cubre la Tierra.

Muy visitada, la muestra da cuenta de una nueva etapa de este espacio de arte en Buenos Aires, al que los eventos de activación otorgan una nueva dimensión.

Helena Dakak, genio y figura en el BAFWeek

Fuente: Clarín – «Día a día no puedo creer nada de lo que me pasa”, cuenta emocionada Helena Dakak (30), entre percheros llenos de sus propias creaciones.

Desde diseñar y confeccionar las primeras prendas de su marca en su departamento de Buenos Aires, hasta realizar dos desfiles en BAFWeek y abrir su propio local sobre Avenida Córdoba, en menos de dos años la vida de la diseñadora salteña cambió por completo.

Cuando le preguntan sobre el origen de su amor por la moda y su decisión de dedicarse al diseño, no puede recordar un momento exacto.

“Siempre me encantó la indumentaria y todo lo que está relacionado con el mundo del arte”, recuerda y destaca la influencia de su madre. “Ella me dejaba armar mis propios looks, mis propias prendas. Siempre acompañándome.”

Con ese apoyo de su familia, cuando terminó el secundario, se mudó a Buenos Aires para estudiar producción de moda en la Universidad de Palermo, aunque su deseo de dedicarse al diseño crecía cada día. Sin embargo, tomar el paso de emprender no fue un proceso simple.

“No me animaba. Tenía miedo. Internamente me decía: ‘¿Qué hago si me dedico a lo que me gusta y no me va bien?’.” A pesar de sus dudas, tomó la decisión de mudarse a Barcelona para hacer un máster en Diseño de Moda en el Istituto Europeo di Design.Otoño-invierno 2024. Diseños de la colección “Dicotomía”, presentada en la última edición de BAFWeek, con la participación de Adidas. Foto: Gentileza Helena Dakak.Otoño-invierno 2024. Diseños de la colección “Dicotomía”, presentada en la última edición de BAFWeek, con la participación de Adidas. Foto: Gentileza Helena Dakak.

Una vez de vuelta en Argentina la idea de crear su propia marca ya se había convertido en una meta a concretar.

“Empecé buscando gente apasionada que se sume al proyecto. Yo siempre digo: ‘Esto funciona en equipo. Nada se logra solo’”, cuenta desde el local que inauguró en noviembre del año pasado dónde, además de la venta al público, también funcionan sus oficinas y su depósito.

“Era una necesidad más allá de tenerlo pensado. La gente me decía ‘necesito ir a ver’. Se referían a las prendas, pero también querían conocer la marca.”

Entre estantes esculpidos en barro cordobés con tonos de rosa que simulan los cerros del norte argentino, alfombras artesanales traídas de Tandil y hasta un mural en el techo de su probador que imita un cielo con nubes en forma de mariposa, el espacio es una pequeña ventana a la estética de su firma.

En sus prendas abunda el color, algunas estampas geométricas y otras con elementos como plantas o sapos, esta última creada en honor al apodo que su abuelo le puso de chica: sapito.

También aparecen el cuero, los tejidos y el patchwork, su técnica favorita. Sin embargo, el común denominador que inspira sus creaciones es su infancia en Salta capital.

“Es algo catártico para mí. Tal vez en unos años ya no lo haga, pero me gusta llevar un poco de donde soy a donde sea que vaya. Desde que terminé el colegio estuve viviendo en lugares diferentes y para mí Salta es volver a casa. Poder llevarla en mi ropa es hacer también que me acompañe”, dice orgullosa de sus raíces y afirma que le gusta que la asocien con ellas. “Me encanta. Es mi historia, es parte de lo que soy, no tengo qué esconder.”Prendas en cuero azul de la colección "Dicotomía". Foto: Gentileza Helena Dakak.Prendas en cuero azul de la colección «Dicotomía». Foto: Gentileza Helena Dakak.

Además de la estética, para Helena la identidad de su marca incluye crear prendas que duren en el tiempo.

“La idea es hacer algo que te acompañe toda la vida. Por eso tampoco queremos bombardear con productos. El concepto no es hacer un sale cada seis meses diciendo ‘listo, esto ya no sirve, usalo el año que viene’”, explica.

Es por este motivo que decide reutilizar algunos elementos de colecciones pasadas. “Hay prendas en las que repito. Por ejemplo, tal vez uso nuevas molderías con estampas anteriores, para decir ‘Esto está bueno. ¿Por qué no lo voy a volver a usar solo porque lo usé la temporada pasada?’. Está buenísimo tener cosas nuevas, pero no ver la ropa como algo desechable”, dice sobre la filosofía de su marca. La misma que la lleva a intentar mantener casi todas sus prendas dentro de una “media estación”.

Helena sostiene que es importante entender la responsabilidad de cuidar la calidad de sus prendas, su servicio y la consistencia en sus comunicaciones a medida que su firma crece.

Es algo que está aprendiendo a manejar desde que comenzó en julio de 2022, pero particularmente durante los últimos seis meses, luego de ganar la novena edición del concurso Autores de Moda BA, en la primavera-verano 2023 de BAFWeek.

“Cuando quedé seleccionada no lo podía creer.” Después de inscribirse para participar de la competencia y pasar una primera ronda de entrevistas, tras una semana sin respuesta asumió que había quedado fuera de la preselección.

“Habían mandado un mail con los tiempos que íbamos a tener que esperar, pero la verdad es que yo no leí la letra chiquita. Pensé ‘listo, pasó. Ya está’”, se ríe. “Cuando vi que llegó otro mail con mi nombre entre los elegidos no lo podía creer. Pero dije ‘bueno, vamos con todo’.”

El desfile se realizó en el Planetario junto a las otras dos marcas participantes, donde tuvo la oportunidad de presentar su colección “Calendario”.

Al finalizar, Helena fue declarada ganadora del concurso yrecibió una beca para cursar un programa de tres semanas en el Istituto Marangoni de Milán, a comenzar en junio de este año. “Participar fue una experiencia única y estoy súper agradecida. La verdad es que me abrió las puertas a un montón de lugares.”

De hecho, tan solo unos meses después, Helena fue invitada a participar de la edición otoño-invierno 2024 de BAFWeek, pero esta vez como marca ya establecida.

“Participar este año, fue una experiencia totalmente distinta. Entre los dos desfiles no pasó ni un año, fueron apenas seis meses de septiembre a marzo”, recuerda agradecida. “Me lo tomo como si hubiese sido el primero.”La diseñadora en su desfile de BAFWeek el pasado 5 de marzo. Foto: Gentileza Helena Dakak.La diseñadora en su desfile de BAFWeek el pasado 5 de marzo. Foto: Gentileza Helena Dakak.

Correr para crear

Cuando tiene que describir los tres meses que tuvo desde que dio el sí hasta la fecha del desfile, todo su relato del proceso es adrenalínico.

“Estábamos yendo y viniendo, corriendo detrás de talleres y fechas de entrega. A veces queríamos algo, se agotó y teníamos que darle una vuelta de rosca. Pasó de todo, hasta me quemaron telas haciendo una estampa”, dice y reconoce que su autoexigencia a veces la perjudica, pero también la impulsa a seguir creciendo.

Para la puesta contactó a una productora que conocía, con una idea ya en la cabeza. “Queríamos hacer algo que muestre más que ropa”, explica.

“Decidimos armar un universo de Helena en un lugar en el que no había absolutamente nada. Monté el desfile en un espacio un poco destruido, despintado, con paredes rotas. Pinté los bancos y el piso de verde, iluminados centralmente, para generar clima y crear la pasarela. Era una invitación a distraerte.Pasarla bien y disfrutar.”

El desfile se realizó el martes 5 de marzo en el Laboratorio de Artes de Buenos Aires, en el que presentó su colección “Dicotomía”.

Se destacaron los diseños con volúmenes en mangas y faldas, los textiles a rayas y la combinación de varios colores en una misma prenda, como rojo, celeste, azul, lila y verde. Además, las superposiciones, el cuero y los tejidos livianos, con transparencias.Tejidos y estampas de la última colección de su firma. Foto: Gentileza Helena Dakak.Tejidos y estampas de la última colección de su firma. Foto: Gentileza Helena Dakak.

Las repercusiones fueron lo que más le impactaron. “Siento que todo es un montón. Cada persona que habla del evento o comparte que vino, significa mucho para mí. Estoy súper agradecida”, expresa emocionada.

“Incluso cuando la gente empezaba a preguntar para ir. Pasar de tener miedo de hacer algo que tenías muchas ganas, pero no te animabas, a que dos años después te pidan por favor un lugar para para ver lo que hacés, es muy fuerte.”

Y para Helena éste es solo el comienzo. A unos meses de viajar a Milán, está enfocada en crecer. “Ahora cada cosa que pasa quiero aprovecharla. Ya tengo mi proyecto, ahora quiero sacarle todo el jugo posible. ¿Voy a estudiar Fashion Business? Perfecto. ¿En qué puedo mejorar? Quiero ir por ese lado”, dice sobre sus planes a futuro.

“Nosotros queremos seguir expandiéndonos. Tener un lugar más grande para poder ser más. Y bueno, también exportar. Ahora sale la nueva colección, pero siempre estamos craneando. Siempre.”

Mujeres que pisan fuerte en redes: cuando hablar de moda es tendencia

Fuente: Clarín – Lucía Levy: «Mi sueño era fundar un medio».

“A mí lo que me interesa es incomodar”, declara Lucía Levy. Es periodista y fundadora de La Curva de La Moda, un medio de comunicación digital dedicado al análisis de moda desde una perspectiva de género.

“No me interesa caer bien, ni siquiera me interesa que se acuerden de mí. Yo quiero que se recuerde el germen de la duda, la semilla de la incomodidad.”

Pasó de compartir reflexiones catárticas en su Instagram personal a crear una comunidad de 112 mil seguidores que comparten sus inquietudes, se informan y participan en sus debates.

“Mi sueño de toda la vida fue fundar un medio de comunicación y dirigirlo. Durante la pandemia me di cuenta de que a la gente efectivamente le interesaba lo que decía. Así que me animé.”

Renunció a su trabajo en relación de dependencia y ahora La Curva -como la llaman sus seguidores- es un trabajo en equipo. “Nuestro objetivo es siempre fomentar el pensamiento crítico con respecto a los sucesos de la moda. Como un articulador social, como parte de la cultura y como actor político también.”Lucía Levy, fundadora de La Curva de la Moda. Foto: Ariel Grinberg.Lucía Levy, fundadora de La Curva de la Moda. Foto: Ariel Grinberg.

Para Lucía, el objetivo de la moda no se limita a la estética. “Yo quisiera que no todo se trate de verte simplemente linda en una alfombra roja o en una asunción presidencial: quiero que con la ropa estés contando algo más”, descarga.

“Creo que algunas personas de alto perfil –no solo celebridades sino también figuras que ocupan cargos políticos reales– entienden que lo que visten comunica valores.”

Cuando le preguntan sobre la inclusión en la industria su respuesta es concisa: “El panorama es desolador. Punto”. Explica que nota una tendencia a volver a las estéticas tradicionales y a los estándares inalcanzables de belleza.

“A la moda le gusta lo inalcanzable, le gusta lo aspiracional y eso siempre va a ser algo que te va a hacer sentir frustrada porque si vos no estás así de insatisfecha, no consumís.”

Con respecto al rol de la mujer como consumidora, su postura es clara. Y cuando la evalúa como creadora, las críticas tampoco son escasas.

“Las diseñadoras de la industria del lujo casi todas son caucásicas de ascendencia europea o norteamericana, de familias acomodadas. Los privilegios también cuentan para las que llegan.

Por eso, le gustaría que La Curva también sea una plataforma para que se conozca el trabajo de las creadoras de moda locales, latinoamericanas. No le faltan proyectos a futuro. “Estoy trabajando con la productora Lucila Lopardo en un podcast que va a salir a fines de marzo. Es una locura, me encanta.”

@lacurvadelamodaAngie Landaburu desde Nueva York @angelitalcAngie Landaburu desde Nueva York @angelitalc

Angie Landaburu: «Me siento bendecida»

“Todos estamos en búsqueda de nuestras pasiones. La moda es eso, libertad de expresión”, cuenta Angie Landaburu desde Nueva York en medio de su octava Semana de la Moda, durante la cual participó del desfile de la firma Custo Barcelona. “Me siento una bendecida de representar a mi país.”

La ganadora por segunda vez al premio a Mejor Influencer en los Martín Fierro de la Moda –su primera estatuilla la consiguió en 2019– tiene más de 2 millones de seguidores en Instagram, donde muestra su pasión por la moda y el diseño.

Es un reconocimiento muy especial y es increíble el apoyo de mis seguidores que se hacen presentes en cada acontecimiento importante.”

Aunque el rol de influencer surgió de modo espontáneo en su camino profesional. “Empezar a hacer contenido para mí fue algo totalmente accidental ya que mi carrera en moda se inició con el modelaje. Nunca me interesó ser una figura pública”, cuenta sobre sus comienzos.

“Disfruto de todo en esta industria, soy consciente de la suerte que tengo de poder trabajar de algo que disfruto cada día. También tengo en claro que me encantaría seguir creciendo y desarrollándome profesionalmente.”Angie Landaburu, de paso en New York Fashion Week.Angie Landaburu, de paso en New York Fashion Week.

A pesar de su gran cantidad de viajes internacionales, su vínculo con el diseño argentino es importante en su carrera y algo que disfruta fomentar a través de su trabajo.

“Cuando empecé a desfilar, Adrián Brown me invitó a abrir su primer desfile”, recuerda agradecida. “Fue algo que me encantó, pero sabía también que tenía que empezar a poner mi propia impronta.”

Además de su trabajo con Brown, Angie cuenta con cápsulas en marcas nacionales como Kosiuko, Esquina y Gianni Di Paolo.

“Me encanta desfilar y hacer campañas, pero sin duda lo que más me gusta es entrar a las cocinas de las marcas y estar en el 360.Desde el diseño y la idea creativa, hasta el equipo de las fotos”, expresa. “Soy obsesiva y amo tanto lo que hago que puedo dedicarle horas sin ver el paso del tiempo.”

Entiende que algunos consideren la moda como una industria frívola, pero ella está en desacuerdo.

“Creo que al darle trabajo a tanta gente es algo muy lejano a lo frívolo. El mundo cambió para mejor, ahora las marcas apuntan al diseño de prendas sin género, indistintas para el hombre o la mujer, y a la inclusión de talles. La moda es la máxima expresión del estilo y uno nunca debería sentirse limitado para vestirse. Pienso que falta mucho camino por recorrer.”

@angelitalcPaula Guardia Bourdin desde su escritorio @revistapola. Foto: Matías Martin Campaya.Paula Guardia Bourdin desde su escritorio @revistapola. Foto: Matías Martin Campaya.

Paula Guardia Bourdin: «Mi gran amor es la palabra»

“Si tuviera que establecer mi Santa Trinidad, te digo la ropa, el cine y la literatura”, dice Paula Guardia Bourdin desde el living de su departamento en Puerto Madero, entre pilas de libros como Vestir la nación. Moda y política en la Argentina poscolonial de Regina Root y las colecciones completas de Yves Saint Laurent y Prada.

El nombre detrás de los videos que sube a TikTok, sus publicaciones de Instagram y los artículos de su newsletter Moda y Champagne es Revista Pola.

Su proyecto digital nació en pandemia tras una ruptura amorosa, pero su pasión por la moda es algo que precede a su presencia online, con la que a sus 25 años acumula más de 170 mil seguidores entre Instagram, X y TikTok.

“A los 17/18 años, llegó a mi vida esta visión de la moda que era todo lo contrario a lo hegemónico, lo tradicional. Filosofías de diseño que ponen por delante la fealdad, la extrañeza, la deconstrucción”, explica sobre la motivación que la llevó analizar la moda desde lo académico.

“La construcción que hago tiene que ver con lo cultural, lo político y lo social. Todos estos aspectos reflejan diferentes formas de estar en el mundo.”Paula es creadora de contenido y docente universitaria. Foto: Matías Martin Campaya.Paula es creadora de contenido y docente universitaria. Foto: Matías Martin Campaya.

Para Paula, una mujer que trabaja en la industria de la moda es una especie de Caballito de Troya. “Parece una industria tan frívola, superficial y arraigada a los roles de género. Pero esa visión, justamente, es la que te permite -desde un lugar aparentemente inocente- traer temas contundentes a la mesa.”

Por ejemplo, la cuestión de los cuerpos. “Hablar del tema implica destapar muchos tipos de violencia”, expresa. Para ella lo importante es analizar la relación entre la prenda y el cuerpo. Y el poder que la ropa ejerce sobre cada persona. El taco alto, ejemplifica, es incómodo pero estiliza, y es su calzado predilecto.

Sin embargo, en sus redes, lo teórico y el humor se mezclan. Trata la actualidad con ironía y confiesa que le resulta extremadamente aburrido el uso del lenguaje de las personas que comunican moda online.

Paula considera que la gente ya no quiere ver vidas desconectadas de la realidad, que busca análisis de tendencias, información, reflexión, como en las clases que brinda en la UP y la UADE.

Al principio, el éxito alcanzado le parecía irreal. “No represento el estereotipo de una influencer. Pero cuando empecé a tener un lugar, me dejé llevar”, explica.

En un momento dije ‘basta, hay que ponerse serios, ¿qué está pasando realmente en el mundo que me rodea?’” Y su forma de expresarse fue clara: “Mi gran amor es la palabra”.

@revistapolaLa influencer Rocío Vázquez @sereinne_ Foto: Ariel Grinberg.La influencer Rocío Vázquez @sereinne_ Foto: Ariel Grinberg.

Rocío Vázquez: «La moda se resignfica»

“Para mí el rosa, es decir ‘soy esto y bancátela porque no me voy a ningún lado’.” Rocío Vázquez es diseñadora de indumentaria recibida en la UBA, aunque en redes sociales los 460 mil seguidores que combina entre sus cuentas de Instagram y TikTok la conocen como Sereinne, “la de rosa que habla de moda”.

Tras ganar el premio a la Mejor Influencer en el reality de Telefé Desafío Superlike en 2021, Rocío decidió orientar su contenido hacia aquello que la apasionaba: la moda.

“Quería hacer algo que aportara valor a la comunidad”, explica desde su habitación íntegramente decorada en tonos de fucsia y rosa chicle, su espacio de construcción creativa.

Su nueva presencia online tenía dos objetivos. Por un lado, dar a conocer el aspecto social y académico de la moda. Por el otro, desafiar el estereotipo que existe con respecto a las figuras de autoridad que comunican historia. “¿Por qué si sos una mujer y te gustan el rosa y las boludeces no podés hablar de cosas serias?”

Las tendencias son tema recurrente en sus videos y Rocío busca analizarlas desde el estudio de la historia.Rocío Vázquez se dedica a analizar la moda desde una perspectiva histórica. Foto: Ariel Grinberg.Rocío Vázquez se dedica a analizar la moda desde una perspectiva histórica. Foto: Ariel Grinberg.

“No creo que las cosas vuelvan, creo que se resignifican. Las prendas y estilos no están siendo usados en el mismo contexto, por las mismas cabezas, las mismas ideologías, los mismos cuerpos o incluso los mismos géneros. Me parece que eso afecta al significado y todos nos vestimos para decir algo.

Parte de su análisis también contempla ciertos conflictos recurrentes en la industria. “La corporalidad es el tema tabú de la moda, porque todos se hacen levemente los tontos todo el tiempo”, critica.

“Cada Semana de la Moda seguimos diciendo que los cuerpos reales de a poco ya van apareciendo. No, de a poco nada. Que aparezcan. ¿Cuándo vamos a ver algo genuino?”

Para Rocío, la moda es un marcador espacio-temporal, una manera de definir la época que estamos viviendo. La compara con la visita a un museo.

“Vos vas a una exposición textil o de indumentaria y podés ver el paso del tiempo. Podés entender un montón de cosas sobre la sociedad. Por eso la representación es fundamental.”

Sin embargo, el rol que fomenta a través de la pantalla es observador, pero también activo. “Me interesa generar debates, que la gente piense por sí misma. No bajar línea”, expresa.

“Yo veo que la gente busca soluciones, hay muchos que se esmeran para no pensar. Yo quiero lo opuesto, lo que quiero es plantear preguntas.”

@sereinne_

Textiles vs. textiles: las fábricas del continente contra las de Tierra del Fuego

Fuente: Clarín – La pelea que se desató entre las fábricas textiles, especialmente las ubicadas en el continente y las localizadas en Tierra del Fuego, encarna una vieja disputa por las ventajas a unos y otros del mismo sector industrial.

Las plantas fuera de la isla han tenido protección en términos de importaciones con altos aranceles que les permitieron un mercado casi cautivo aplicar precios indecentes.

Y las que están en la isla gozaron de beneficios impositivos como los ya conocidos que abarcan a la electrónica y que fueron renovados pocos días antes de que cambiara el Gobierno, el último diciembre, en una tarea que involucró no solo al gobernador fueguino Gustavo Melella y a sus legisladores. También y curiosamente, al ex gobernador tucumano, Juan Manzur.

Las ventas, barranca abajo

Esa tensión aumenta en medio del derrumbe de las ventas que se mide por ejemplo en precios que se movieron 7% en febrero, lo que expresa una caída real frente a una inflación de 13,2%.El gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella.El gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella.

Teddy Karagozian, economista y presidente del grupo TN Platex, tiró la primera piedra. “En un país hambriento de dólares seguimos subsidiando a las empresas que más dólares dilapidan”, disparó por X, la ex twitter, hacia los fueguinos.

Y hasta se dirigió a Javier Milei, con quien coincide en numerosos aspectos. Señaló, también por X: “Señor Presidente ojalá sus asesores le informen sobre el sub régimen industrial de Tierra del Fuego con altísimo costo e ineficiencia. Se podrían usar esos pesos para transformar productivamente la provincia”.

Milei sólo le respondió: “Es producto de un decreto firmado”.

Precisamente el decreto 594/2023 renovó el régimen pero con una disminución anual gradual de los beneficios a partir de 2025. Las excluyen como al resto de la industria fueguina del pago del IVA y de los aranceles de insumos importados, entre otros beneficios. Y se señala que la extensión perdura mientras Brasil mantenga el régimen especial de beneficios de la zona franca de Manaos.Juan ManzurJuan Manzur

La prórroga es en el caso de los textiles hasta 2028, pero si sigue Manos llega hasta 2039. La industria textil representa alrededor del 20% de las industrias en Tierra del Fuego, genera 930 puestos de trabajo, 10 % de sus empleos registrados.

Un informe reservado del sector textil señala que el principal producto importado por Tierra del Fuego son hilados, luego tejidos planos, de punto y materias primas. La empresa radicada en la isla que más importaciones realizó en los últimos años fue Australtex, con una participación del 27%. Incluso es la que más dólares importó a nivel país desde 2023.

¿Quiénes mueven los hilos?

Curioso. Asi como se conoce quiénes son los dueños en la electrónica, es un gran misterio quiénes mueven los hilos en las textiles. El informe apunta a que el proceso de transformación de la materia prima es casi inexistente en la isla.

El costo fiscal del régimen para los textiles es de US$ 60 millones al año.

Desde Tierra del Fuego a su vez reprochan la “protección por los aranceles que goza la industria del continente”. Claro que con Milei ese paraguas ya no está.

De acuerdo a un estudio de la fundación Fundar, el eslabón industrial textil se ubica en diversas provincias —como La Rioja, Catamarca, Corrientes, Buenos Aires—, producto de los antiguos regímenes de promoción y de la cercanía con la materia prima. El eslabón industrial de confección de indumentaria se sitúa mayoritariamente en el Gran Buenos Aires.

“El tamaño del mercado argentino de indumentaria equivale a 2,5% del PBI. Se integra de un heterogéneo grupo de comercios que venden sus prendas a consumidores de diversos ingresos: desde marcas premium en centros comerciales a puestos en “saladitas” a lo ancho del país”, sostienen.

Al margen de la pelea y acusaciones lo cierto es que los consumidores no reciben beneficio alguno, al menos en cuando a precios. Fundar señala que la indumentaria y el calzado promediaron 6,8% del gasto de los hogares en Argentina. Es el casi el doble que en en Chile (3,5%) y más que en México (4,8%).

La paradoja de la moda argentina: ropa cara, marcas buscadas en el exterior

Fuente: La Nación – La contracara de los altos precios a nivel local y de las acusaciones que enfrenta el sector por el elevado nivel de proteccionismo es la buena respuesta que logran las empresas nacidas en el país cuando cruzan las fronteras.

En las últimas semanas, la colección otoño/invierno empezó a llegar a las vidrieras de los shoppings porteños y como ya es un clásico volvieron los comentarios en las redes sociales de los consumidores indignados por los precios de la ropa argentina. La contracara del malhumor de los clientes que hacen comparaciones entre los precios que tienen que pagar acá y los de prendas similares (o iguales) en el exterior es la buena recepción que tienen las marcas argentinas cada vez que cruzan las fronteras.

Como si se tratara de realidades paralelas, la industria de indumentaria que sobrevive en el mercado interno en gran parte gracias a las barreras que la protegen del ingreso de competidores internacionales, a la vez, muestra un buen desempeño en los shoppings de Santiago de Chile, México DF o Barcelona, en donde pelean de igual a igual contra marcas del Primer Mundo.

Hay vida más allá de H&M

El primer interrogante que se abre con respecto al futuro de la industria de moda argentina es si está en condiciones de competir contra jugadores internacionales, no solo de local sino también de visitante. En sus mejores momentos, como 2008 o 2012, el sector llegó a superar los US$100 millones de exportaciones de prendas terminadas, con casi 300 marcas compitiendo a nivel internacional. Sin embargo, en los últimos cinco años las ventas al exterior están estancadas por debajo de los US$40 millones anuales.

Claudio Drescher: "Tenemos el talento, el diseño y el branding para tener una proyección internacional. Cuando un brasileño o un chileno llega al país se sorprende por la calidad de las marcas argentinas y creo que tenemos la capacidad para llegar a exportar por US$1000 millones"
Claudio Drescher: «Tenemos el talento, el diseño y el branding para tener una proyección internacional. Cuando un brasileño o un chileno llega al país se sorprende por la calidad de las marcas argentinas y creo que tenemos la capacidad para llegar a exportar por US$1000 millones»

En el sector coinciden que la Argentina difícilmente pueda convertirse en un jugador relevante en el mercado masivo y el terreno donde pisan fuertes las marcas globales de fast fashion, como H&M, Forever 21 o Shein, lo que igualmente no quita que existan nichos con gran potencial para productos de mayor valor agregado. “Las potencialidades para exportar de esta industria se concentran en unos pocos nichos específicos, en donde la Argentina tiene capacidades desarrolladas, como ropa de marcas de moda y de alta calidad, que se venden fundamentalmente en países de la región. En cambio, hay un potencial más limitado para crecer en otros productos de la cadena. La razón es simple: Asia. Es muy difícil competir contra países como China, Bangladesh o Vietnam, que en las últimas décadas fueron ganando cada vez más mercados, gracias a una enorme escala de producción y costos laborales bajos. En la región, los países que supieron ser exportadores de productos industriales de la cadena, como Brasil, Colombia o Perú, han ido perdiendo exportaciones porque la competencia asiática es una aplanadora”, aseguró Daniel Schteingart, director del área de Planificación Productiva de Fundar que acaba de presentar un estudio sobre el sector de indumentaria y textil.

El diseño y la moda son los nichos a los que apunta la industria argentina. “A diferencia de otros países de la región, tenemos cerca de 100 marcas de moda premiums de origen nacional, lo que muestra que tenemos capacidades de diseño y marketing destacadas”, explica Schteingart.

Gisella Calabró: "La clave es comprender la audiencia y adaptarse de manera estratégica para satisfacer las demandas de las preferencias manteniendo siempre el estilo y la autenticidad de la marca”
Gisella Calabró: «La clave es comprender la audiencia y adaptarse de manera estratégica para satisfacer las demandas de las preferencias manteniendo siempre el estilo y la autenticidad de la marca”

En la industria, coinciden con el diagnóstico y destacan que más allá de los problemas que arrastra la economía, la industria del diseño y la moda tiene una capacidad para cruzar las fronteras.

“La Argentina históricamente tiene una capacidad de diseño muy potente, con una carrera en la UBA de Diseño de Indumentaria que ya cumplió cuatro décadas. A esto se suma que a nivel branding el país siempre trabajó muy todo lo que sea publicidad, con lo cual nos permite estar entre los diez principales países en esta industria. Tenemos el talento, el diseño y el branding para tener una proyección internacional. Cuando un brasileño o un chileno llega al país se sorprende por la calidad de las marcas argentinas y creo que tenemos la capacidad para llegar a exportar por US$1000 millones. Es algo parecido a lo que ocurrió con el vino. Hay que encontrar nuestro malbec”, explica Claudio Drescher, presidente de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI). Drescher tiene una larga trayectoria en la industria, con marcas emblemáticas como Caro Cuore y Vitamina, y ahora es uno de los dueños de Jazmin Chebar, una de los nombres más activos en el exterior, con presencia en los mercados de Uruguay, Paraguay, Chile, Perú, Colombia, México y Estados Unidos.

El mejor entrenamiento

En la industria, igualmente, son conscientes que con el diseño y el branding no alcanza, especialmente en un terreno tan competitivo como el de la moda. El principal obstáculo en el momento de definir una estrategia de expansión internacional, coinciden todas las voces, pasa por la falta de previsibilidad en materia macroeconómica.

Lucas Farrell:  “El cuero argentino es uno de los mejores del mundo, y combinado con nuestros talentos en diseño logramos un producto que nos enorgullece mostrar cómo argentino. El cuero y el diseño son dos cosas que admiran mucho de la Argentina los extranjeros”
Lucas Farrell: “El cuero argentino es uno de los mejores del mundo, y combinado con nuestros talentos en diseño logramos un producto que nos enorgullece mostrar cómo argentino. El cuero y el diseño son dos cosas que admiran mucho de la Argentina los extranjeros”

“En la Argentina nunca se pudo dar una proyección internacional de la indumentaria nacional por la política errática del país en materia macroeconómica. El dólar siempre fue una variable de ajuste y congelar el tipo de cambio terminó funcionando como un ancla para frenar la inflación. Y los vaivenes que tiene el dólar en el país no se pueden trasladar a los precios internacionales. Un jean de Jazmin se vende a 100 dólares en Chile y no le podés aumentar el precio cuando los costos locales se disparan en dólares, con lo cual muchas veces terminás vendiendo afuera a pérdida”, explica el dueño de Jazmin Chebar.

Melina Karagozian y Catalina Villarraza se preparan para abrir la primera tienda online de su marca Bestia
Melina Karagozian y Catalina Villarraza se preparan para abrir la primera tienda online de su marca Bestia

Cheeky es otra de las marcas que tuvo que adaptar su plan de expansión internacional a los vaivenes de la economía argentina. “Hace más de diez años atrás Cheeky tenía locales en varios países, pero frente a la falta de previsibilidad definimos hacer foco en Argentina y expandirnos cuando las condiciones estuvieran dadas. Y hace dos años que estamos en Barcelona, con un local propio, y además tenemos una franquicia de la marca en Paraguay”, señaló Hernán Gálvez, gerente comercial de Cheek, la sociedad dueña de la marca Cheeky.

Como si se tratara de un combate de judo -en el que los rivales buscan imponerse usando la fuerza del rival-, los empresarios del rubro textil destacan que las reiteradas crisis económicas locales terminan siendo el mejor entrenamiento para salir a competir en terrenos hostiles.

El diferencial clave de las marcas argentinas radica en nuestra capacidad para adaptarnos constantemente a las circunstancias cambiantes. Nos destacamos por modificar las reglas del juego cada seis meses, demostrando resiliencia y creatividad al encontrar soluciones innovadoras. Aunque la situación económica presente desafíos, nuestra habilidad para ajustarnos y superar obstáculos nos posiciona como actores fuertes y flexibles en el panorama global”, explica Melina Karagozian, socia de Bestia, una marca de street wear, que nació como un proyecto de la facultad que ideó junto con su socia, Catalina Villarraza, y ahora se prepara para su debut for export, con el lanzamiento de una tienda online internacional.

Hernán Gálvez: "Hace dos años que estamos en Barcelona, con un local propio, y además tenemos una franquicia de la marca en Paraguay”
Hernán Gálvez: «Hace dos años que estamos en Barcelona, con un local propio, y además tenemos una franquicia de la marca en Paraguay”

Patio trasero

Cuando se trata de crecer en el exterior está claro que América Latina es el mercado donde las marcas argentinas se sienten más cómodas. En la actualidad, casi la totalidad de las exportaciones de ropa de la Argentina tiene como destino el continente americano, en particular, los países vecinos, como Uruguay (26,7%) y Brasil (26,2%). “Esto se debe, en gran medida, a la presencia de marcas argentinas en esos países, así como a la proximidad geográfica y la ausencia de aranceles estipulados para el comercio entre socios del Mercosur”, explican en la Fundación Fundar.

“En toda la región, la creatividad y el diseño de las marcas argentinas de indumentaria siguen siendo muy valoradas, aunque en el último tiempo aumentó la competencia especialmente de empresas españolas y tampoco le juega a favor a la industria nacional que en los últimos años hubo algunas marcas que habían entrado muy fuerte a algunos países y después tuvieron que cerrar sus franquicias por los problemas de la economía argentina”, destacó Carlos Canudas, director del estudio Canudas Consultores en Franquicias.

El conocimiento del mercado y las ventajas competitivas que tiene la industria local en algunos nichos, explican que hoy las marcas argentinas sean las únicas de la región en condiciones de hacerse lugar en los centros comerciales de la región, que históricamente estuvieron copados por empresas de Estados Unidos y Europa.

“La capacidad de interpretar mejor a la mujer latina, la experiencia de fabricar durante décadas productos de cuero de alta calidad sin cobrarlos cómo artículos de lujo, y la agilidad de ser una empresa innovadora que se mueve más rápido que las corporaciones internacionales”, sostiene Lucas Farrell, director de Prüne. La marca que se especializa en carteras, zapatos y camperas de cuero, cruzó las fronteras por primera vez en 2002 y hoy está presente con locales propios y franquicias en Chile, Uruguay, Perú, Colombia, Paraguay y Bolivia, mientras que para esta año prepara su desembarco en Ecuador y México. “El cuero argentino es uno de los mejores del mundo, y combinado con nuestros talentos en diseño logramos un producto que nos enorgullece mostrar cómo argentino. El cuero y el diseño son dos cosas que admiran mucho de la Argentina los extranjeros”, agrega Farrell.

Daniel Schteingart: “Las potencialidades para exportar de esta industria se concentran en unos pocos nichos específicos, en donde la Argentina tiene capacidades desarrolladas, como ropa de marcas de moda y de alta calidad, que se venden fundamentalmente en países de la región"
Daniel Schteingart: “Las potencialidades para exportar de esta industria se concentran en unos pocos nichos específicos, en donde la Argentina tiene capacidades desarrolladas, como ropa de marcas de moda y de alta calidad, que se venden fundamentalmente en países de la región»

A la hora de salir a competir afuera, un interrogante que se abre es comunicar en forma proactiva el origen argentino o por el contrario esconderlo detrás de una imagen de marca más internacional. “Por ahora no hicimos ninguna acción puntual que enfatice el origen de la marca, pero con mucho orgullo contamos que somos la marca de indumentaria infantil líder en la Argentina desde hace 30 años”, explican en Cheeky.

En Rapsodia -la marca de indumentaria femenina, controlada por el grupo De Narváez y el fondo de inversión L Catterton- comparten el criterio de no comunicar en forma explícita el origen de la marca, pero destacan que sus clientes tienen en claro que están comprando diseño argentino. “Si bien no hay una estrategia de mostrar el origen, el estilo en el exterior se ve representado en la narrativa de la marca que cuenta con una gran identidad nacional adaptándose en el mercado global, fusionando estilos. La clave es comprender la audiencia y adaptarse de manera estratégica para satisfacer las demandas de las preferencias manteniendo siempre el estilo y la autenticidad de la marca”, señaló Giselle Calabró, Chief Regional Officer de Rapsodia.

No tenían para comer y vendieron el microondas para crear una marca de ropa: “Con esa plata compramos la tela”

Fuente: TN – Juan y Eveling contaban las monedas que les quedaban cuando pensaron en desprenderse de los electrodomésticos y comenzar de nuevo. Hoy fabrican ropa de bebés para todos el país y le dan empleo a 14 personas.

A Juan Ramírez y Eveling Villena los atravesó la necesidad. Ambos nacidos en Bolivia, vivieron realidades distintas durante la adolescencia y se encontraron en un escenario similar cuando aún no habían cumplido los 18 años.

Él llegó a la Argentina a los 16. Lo trajo un tío lejano que le prometió trabajo en un taller de ropa. “Un taller clandestino, en donde trabajaba de 8 de la mañana hasta la 1 de la madrugada. Dormía ahí adentro y nos daban comida”, contó a TN.

Ella, en cambio, emigró de su país a los 4 junto a su familia. “Mi papá vino con otras posibilidades de trabajo. Hacía estructuras mecánicas y solo trabajaba él. Pero lo asesinaron durante un asalto cuando tenía 15. A partir de ahí mi vida cambió”.

Si bien tenían una casa y un seguro que les permitió vivir dos años con comodidad, Eveling debió buscar un trabajo porque a su madre, que trabajaba como empleada doméstica, tampoco le alcanzaba el dinero. “Cuidé chicos, atendí una verdulería y vendí ropa, hasta que también ingresé a un taller clandestino de costura”, explicó.

Juan y Eveling tienen tres hijos: Janice, Juan y Lucía (Foto: gentileza Juan Ramírez).
Juan y Eveling tienen tres hijos: Janice, Juan y Lucía (Foto: gentileza Juan Ramírez).

Mientras Juan enviaba parte del dinero que ganaba a Bolivia para ayudar a sus hermanos, Eveling hacía malabares para viajar a la facultad y poder comprar los apuntes para terminar el CBC. “Lo pude realizar, pero tuve que dejarlo porque no me alcanzaba el dinero”, dijo.A Juan Ramírez y Eveling Villena los atravesó la necesidad. Ambos nacidos en Bolivia, vivieron realidades distintas durante la adolescencia y se encontraron en un escenario similar cuando aún no habían cumplido los 18 años.

Él llegó a la Argentina a los 16. Lo trajo un tío lejano que le prometió trabajo en un taller de ropa. “Un taller clandestino, en donde trabajaba de 8 de la mañana hasta la 1 de la madrugada. Dormía ahí adentro y nos daban comida”, contó a TN.

Ella, en cambio, emigró de su país a los 4 junto a su familia. “Mi papá vino con otras posibilidades de trabajo. Hacía estructuras mecánicas y solo trabajaba él. Pero lo asesinaron durante un asalto cuando tenía 15. A partir de ahí mi vida cambió”.

Si bien tenían una casa y un seguro que les permitió vivir dos años con comodidad, Eveling debió buscar un trabajo porque a su madre, que trabajaba como empleada doméstica, tampoco le alcanzaba el dinero. “Cuidé chicos, atendí una verdulería y vendí ropa, hasta que también ingresé a un taller clandestino de costura”, explicó.

Actualmente tienen 14 empleados (Foto: gentileza Juan Ramírez).
Actualmente tienen 14 empleados (Foto: gentileza Juan Ramírez).

Mientras Juan enviaba parte del dinero que ganaba a Bolivia para ayudar a sus hermanos, Eveling hacía malabares para viajar a la facultad y poder comprar los apuntes para terminar el CBC. “Lo pude realizar, pero tuve que dejar porque no me alcanzaba el dinero”, dijo.

Para ese entonces, Janice (14), su hija más grande, tenía 7 y Juan (11), el del medio, 4. Lucía, la más pequeña que actualmente tiene un año y medio, no había nacido.

En búsqueda de un mejor pasar, Juan abandonó el rubro textil e ingresó como empleado en una empresa que brindaba servicios de seguridad en countries privados. Sin embargo, la paga era mucho menor de la pactada: “Me descontaban la ropa y otros servicios, el primer mes cobré casi la mitad de lo hablado. Y al segundo mes me fui”.

La pareja alquila un depósito en donde tiene el taller de costura (Foto: gentileza Juan Ramírez).
La pareja alquila un depósito en donde tiene el taller de costura (Foto: gentileza Juan Ramírez).

“No teníamos para comer y no podíamos pedirle prestado a nadie. Tampoco teníamos para pagar la terapia para Juan, que necesitaba ir a una fonoaudióloga por un trastorno en el lenguaje que no le permitía hablar”, recordó Eveling.

Una noche, sentados alrededor de la mesa y contando las monedas que cada uno conservaba, entendieron que así no podían seguir.

Vendieron la licuadora y el microondas para crear una marca de ropa

“El motor fue Eveling que me dijo: ‘Voy vender los electrodomésticos y a comprar tela’”, contó Juan. Ella agregó: “Teníamos las máquinas de Juan, porque un montón de veces trabajamos como tercerizados. Se nos acumulaban las deudas, fue muy duro”.

Aquella idea disparó una primera producción que vendieron al instante. Previo a eso, se deshicieron del microondas y la licuadora: “Con ese dinero compramos 10 metros de tela. Y todo lo que ganábamos lo reinvertíamos en la tela, la cual comprábamos en Once. Pero nos empezó a ir bien y llegó la pandemia”, relató Juan.

Comenzaron a confeccionar la ropa luego de vender la licuadora y el microondas (Foto: gentileza Juan Ramírez).
Comenzaron a confeccionar la ropa luego de vender la licuadora y el microondas (Foto: gentileza Juan Ramírez).

Como conservaban bastante stock para producir, decidieron confeccionar barbijos, un bien preciado en el inicio de la cuarentena. Aquel rebusque sirvió para pasar los primeros meses. Sin embargo, una vez que las farmacias se stockearon, volvieron a pensar en un nuevo negocio.

Se especializaron en ropa para bebés, un rubro conocido por Eveling, que previamente se había dedicado a confeccionar algunas prendas para vender en otra feria: “Sabía lo que funcionaba y lo que a la gente le gustaba”, indicó.

Con la ayuda de viejos clientes y las redes sociales, empezaron a vender ropa en distintos puntos del país. El éxito era tal que pasaron de comprar de a cinco o diez metros de tela a encargar tres rollos completos: “Nunca nos había pasado. Incluso el día que lo hicimos no teníamos flete, así que viajamos en colectivo y en tren con los rollos encima”, expresó Juan.

"Cuchis", la marca de ropa de bebés que ambos montaron en Flores (Foto: gentileza Juan Ramírez).
«Cuchis», la marca de ropa de bebés que ambos montaron en Flores (Foto: gentileza Juan Ramírez).

Como los pedidos se acumulaban, ambos empezaron a darse cuenta de que podían volverse fabricantes mayoristas de ropa de bebés. Y así nació Cuchis, una marca que pasó de tener a dos dueños cosiendo a 14 empleados en blanco, un local a la calle en Flores y una fábrica que produce para decenas de clientes distribuidos en todo la Argentina.

Ahora que pueden darse el gusto de comer lo que deseen, el próximo sueño es comprar un lote para dejar de alquilar y montar allí una fábrica más amplia. “Tenemos una camioneta vieja, no nos damos ningún lujo. Todo lo reinvertimos para crecer”, sostuvo Eveling.

“Fuimos constantes, aún en los peores momentos quisimos levantarnos. Entendemos que uno se puede esforzar a querer hacer un buen trabajo. Siempre apuntar a que sea un buen trabajo y a hacerlo en equipo. Porque a una persona sola le cuesta, es difícil hacerlo solo, y nosotros, de a dos, siempre nos animamos cuando el otro se caía”, remarcó Juan.

Ambos sueñan con comprarse un lote y construir allí la fábrica (Foto: gentileza Juan Ramírez).
Ambos sueñan con comprarse un lote y construir allí la fábrica (Foto: gentileza Juan Ramírez).

Eveling continuó: “Si tuviese que dar consejo es que nunca se den por vencidos. A pesar de tropezar muchas veces y de que nadie confíe en vos”.

Y completó: “A pesar de ser fabricantes, sabemos que vendemos un servicio. Y estamos acá gracias a nuestros clientes, a quienes le debemos la posición en la que estamos. Amamos nuestro trabajo y damos el 100%. Eso se siente”.

Para ese entonces, Yanisse (14), su hija más grande, tenía 7 y Juan (11), el del medio, 4. Lucía, la más pequeña que actualmente tiene un año y medio, no había nacido.

En búsqueda de un mejor pasar, Juan abandonó el rubro textil e ingresó como empleado en una empresa que brindaba servicios de seguridad en countries privados. Sin embargo, la paga era mucho menor de la pactada: “Me descontaron la ropa y otros servicios, el primer mes cobré casi la mitad de lo hablado. Y al segundo mes me fui”.

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“No teníamos para comer y no podíamos pedirle prestado a nadie. Tampoco teníamos para pagar la terapia para Juan, que necesitaba ir a una fonoaudióloga por un trastorno en el lenguaje que no le permitía hablar”, recordó Eveling.

Una noche, sentados alrededor de la mesa y contando las monedas que cada uno conservaba, entendieron que así no podían seguir.

Vendieron la licuadora y el microondas para crear una marca de ropa

“El motor fue Eveling que me dijo: ‘Voy a vender los electrodomésticos y a comprar tela’”, contó Juan. Ella agregó: “Teníamos las máquinas de Juan, porque un montón de veces trabajamos como tercerizados. Se nos acumulaban las deudas, fue muy duro”.

Aquella idea disparó una primera producción que vendieron al instante. Previo a eso, se deshicieron del microondas y la licuadora: “Con ese dinero compramos 10 metros de tela. Y todo lo que ganábamos los reinvertíamos en la tela, la cual comprábamos en Once. Pero nos empezó a ir bien y llegó la pandemia”, relató Juan.

La pareja vende la ropa que confeccionan en todo el país (Foto: gentileza Juan Ramírez).
La pareja vende la ropa que confeccionan en todo el país (Foto: gentileza Juan Ramírez).

Como conservaban bastante stock para producir, decidieron confeccionar barbijos, un bien preciado en el inicio de la cuarentena. Aquel rebusque sirvió para pasar los primeros meses. Sin embargo, una vez que las farmacias se stockearon, volvieron a pensar en un nuevo negocio.

Se especializaron en ropa para bebés, un rubro conocido por Eveling, que previamente se había dedicado a confeccionar algunas prendas para vender en otra feria: “Sabía lo que funcionaba y lo que a la gente le gustaba”, indicó.

Con la ayuda de viejos clientes y las redes sociales, empezaron a vender ropa en distintos puntos del país. El éxito era tal que pasaron de comprar de a cinco o diez metros de tela a encargar tres rollos completos: “Nunca nos había pasado. Incluso el día que lo hicimos no teníamos flete, así que viajamos en colectivo y en tren con los rollos encima”, expresó Juan.

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Como los pedidos se acumulaban, ambos empezaron a darse cuenta de que podían volverse fabricantes mayoristas de ropa de bebés. Y así nació Cuchis, una marca que pasó de tener a dos dueños cosiendo a 14 empleados en blanco, un local a la calle en Flores y una fábrica que produce para decenas de clientes distribuidos en todo la Argentina.

Ahora que pueden darse el gusto de comer lo que deseen, el próximo sueño es comprar un lote para dejar de alquilar y montar allí una fábrica más amplia. “Tenemos una camioneta vieja, no nos damos ningún lujo. Todo lo reinvertimos para crecer”, sostuvo Eveling.

“Fuimos constantes, aún en los peores momentos quisimos levantarnos. Entendemos que uno se puede esforzar a querer hacer un buen trabajo. Siempre apuntar a que sea un buen trabajo y a hacerlo en equipo. Porque a una persona sola le cuesta, es díficil hacerlo solo, y nosotros, de a dos, siempre nos animamos cuando el otro se caía”, remarcó Juan.

Ambos sueñan con comprarse un lote y construir allí la fábrica (Foto: gentileza Juan Ramírez).
Ambos sueñan con comprarse un lote y construir allí la fábrica (Foto: gentileza Juan Ramírez).

Eveling continuó: “Si tuviese que dar consejo es que nunca se den por vencidos. A pesar de tropezar muchas veces y de que nadie confíe en vos”.

Y completó: “A pesar de ser fabricantes, sabemos que vendemos un servicio. Y estamos acá gracias a nuestros clientes, a quienes le debemos la posición en la que estamos. Amamos nuestro trabajo y damos el 100%. Eso se siente”.

Wesner recorrió la planta textil que la empresa Cheeky instaló en Olavaría

Fuente: Municipalidad de Olavarría – El intendente Maximiliano Wesner,  visitó este jueves al mediodía la fábrica textil de Cheeky, empresa de indumentaria infantil que invirtió en nuestra ciudad, con la instalación de su propia planta y la incorporación y formación de puestos de trabajo locales.

La planta funciona en Área 226, actualmente cuenta con 45 empleados, y para fin de año incorporará un total de 100 puestos de trabajo locales y espera producir entre 60 y 70 mil prendas mensuales.

En ese sentido, el Intendente Wesner resaltó que “acompañamos a esta empresa tanto desde la órbita de la oficina de Habilitaciones como desde la Secretaría de Desarrollo Económico y Producción, a través de la Oficina de Empleo, para coordinar las capacitaciones de las trabajadoras y coordinar la búsqueda de personal. Es importante acompañar a una empresa que se instala en Olavarría, que genera trabajo y que tiene un gran potencial a futuro como contaba el titular de la firma. Olavarría en su diversificada matriz productiva también se está convirtiendo en un gran polo textil de la provincia de Buenos Aires”.

Es fundamental “poder trabajar cuestiones que tienen que ver con la capacitación vinculada directamente al trabajo. Veníamos trabajando en este sentido pero no directamente en el rubro textil y pudimos articular con el empresario, el Centro de Formación Profesional, y el personal. La planta tiene un área de capacitación interna puntualmente. Es loable, valorable, porque no solamente la capacitación se da al ingreso del trabajo, sino que va a ser de manera permanente y sostenida, lo que va a redundar en mayor calidad en las prendas”.

Por su parte Awada explicó cómo se desarrolla el trabajo en las diferentes líneas de producción que se encuentran ya operativas, con personal de nuestra ciudad que fue capacitado a través del Centro de Formación Profesional Nº 401 y que además contó con el acompañamiento de la Oficina de Empleo para las búsquedas laborales.

“Venimos trabajando hace un año en el armado, tenemos 45 personas trabajando, que fueron formadas acá en Olavarría, el Centro de Formación Profesional Nº 401 nos ha vinculado con docentes para la capacitación del personal, hemos publicado los requerimientos a través del área de Desarrollo Económico de la Municipalidad, la Unión Industrial nos brindó muchísimo apoyo y la Cooperativa Eléctrica nos ha dado un espacio de manera muy generosa. Hemos capacitado a más de 70 personas a lo largo de dos meses, 45 ingresaron acá en la planta”, indicó Awada.

“Hay tres módulos productivos y un módulo escuela, en el módulo escuela se va a seguir capacitando y la idea es que cada dos meses se incorpore gente a un nuevo módulo. El taller cuenta con espacio para 100 operarios, a fin de año vamos a estar trabajando con todos los operarios activos y vamos a estar produciendo alrededor de 60.000 a 70.000 prendas por mes, dependiendo de la tipología de prendas y de la complejidad de la prenda”, detalló el gerente de la firma textil.

La visita por la planta estuvo a cargo  del director de Cheeky y gerente de la empresa Alta Textil Nayi Awada, junto a Ornella Camino (jefa del taller) y Luisina Franco (responsable del proyecto Olavarría). En la oportunidad, el Intendente estuvo acompañado por el secretario de Desarrollo Económico y Productivo Gastón Sarachu, el subsecretario de Empresas e Inversiones Bernardo Baldino y la directora de Habilitaciones Ayelén Bahía. Participaron además representantes de la Unión Industrial Olavarría, Banco Provincia y Coopelectric.