Fuente: La Nación – De acuerdo con la encuesta de desempeño de la Fundación Pro Tejer, el 86% de las compañías del sector aseguró tener una baja de producción debido a la pérdida del poder adquisitivo de la población.
Desde que arrancó el año, el 64% de las empresas textiles y de indumentaria tomó alguna decisión que afectó negativamente al empleo. Desde la cancelación de horas extras, pasando por despidos, suspensiones, adelanto de vacaciones y hasta la no renovación de contratos, desde el sector señalan que en el primer cuatrimestre se vieron afectadas por una caída de la producción y de las ventas.
Hay varios factores que influyeron en este panorama, de acuerdo con la segunda encuesta de desempeño que realizó la Fundación Pro Tejer, correspondiente a los meses de marzo y abril. Mientras que el 86% de las compañías aseguró que la baja de la producción se debió a las menos ventas por pérdida del poder adquisitivo de la población, el 34% apuntó como causante a las expectativas macroeconómicas y el cambio de clima de negocios con respecto al futuro.
También se mencionaron razones como la variación de costos de las materias primas y de los insumos, la mayor participación de bienes importados en el consumo, la apreciación cambiaria y el cambio de políticas sectoriales para la industria. En ese escenario, el 42% de las empresas dijo que el empleo cayó al comparar abril 2024 versus diciembre del año pasado.
“Los resultados indican que se profundizó la contracción de la actividad del sector con respecto al bimestre anterior, con signos de alerta de afectación al empleo y posible cierre de establecimientos productivos en caso de mantenerse los altos niveles de capacidad ociosa. Esta crisis está impactando de forma generalizada en todos los rubros de la cadena de valor: desde la fabricación de hilados, telas, indumentaria y la comercialización de máquinas, insumos y bienes finales”, advirtieron.
En números, el 88% de los empresarios aseguró que vio reducidas sus ventas en el mercado interno en marzo y abril, con una baja promedio del orden del 36% interanual. Al mismo tiempo, el 80% de los encuestados afirmó haber contraído su producción, con caídas de 37 puntos porcentuales promedio y una baja en el uso de la capacidad instalada que promedió los 29 puntos porcentuales.
“Altos niveles de capacidad ociosa afectan la planificación de nuevas inversiones. En contraste con el récord de inversión en años anteriores, para 2024 el 87% de las empresas encuestadas no realizará inversiones, algunas de ellas incluso cancelaron inversiones planificadas”, agregó Pro Tejer.
El comercio exterior también fue foco de análisis. El 28% de las compañías encuestadas dijo haber exportado en los últimos cinco años, y el 35% dijo que planifica vender fuera del país este año. Sin embargo, el 72% de ellas considera que existen dificultades para hacerlo, principalmente por el tipo de cambio (68%), la presión tributaria (58%), trabas burocráticas nacionales (40%) y la volatilidad macroeconómica (29%).
Con respecto a la cadena de pagos, el 35% de los empresarios manifestó tener dificultades para afrontar pagos corrientes, como la cancelación de impuestos, tarifas, proveedores y salarios. Entre ellos, el 54% también tiene deudas por importaciones, pero solo el 11% del total con deuda licitó Bopreal (el bono importador) para cancelarla.
“Revertir la compleja coyuntura que atraviesa la industria manufacturera, diseñar una macroeconomía alineada a la producción y llevar adelante políticas integrales que mejoren su competitividad debieran ser prioridad para evitar que se pierdan aquellas capacidades productivas que llevó muchas décadas construir y el grave impacto social asociado al desmantelamiento del tejido industrial nacional: sin industria no hay trabajo para todos”, cerraron.