~La Nación~ La creación de nuevos materiales que representen una alternativa para confeccionar prendas y accesorios es un capítulo central en el cambio de paradigma que transita la industria de la moda. La fusión de biología, tecnología y diseño ya es un hecho y de esa tríada nacen los denominados textiles biofabricados.
El concepto de la biofabricación propone que organismos vivos (bacterias, hongos y levaduras, entre otros) funcionen como si fuesen fábricas de fibras textiles. Fermentados y cultivados en un laboratorio, pueden ser modificados genéticamente o no.
La doctora en biología Verónica Bergottini, oriunda de Misiones, cultiva bacterias para realizar apliques de nanocelulosa. El diseñador industrial chubutense Silvio Tinello produce aglomerado fúngico para hacer suela de zapatos. La diseñadora eslovena Tina Gorjanc desarrola un proceso para crear cuero a partir del ADN de Alexander McQueen, fallecido en 2010. Son algunos de los que llevan adelante las investigaciones que podrían transformar por completo la manera de concebir insumos textiles.
Una pionera en este tipo de estudios es la diseñadora norteamericana Suzanne Lee. Para ella, la historia de la humanidad y su relación con los modos de vestir «se puede rastrear a través del desarrollo de materiales». Primero se buscó dominar la lana, el cuero y el algodón. Después, en los años 70, se hizo lo propio con los polímeros y se crearon materiales como el nylon y el poliéster. «Hoy la biofabricación nos permite tomar lo mejor de los materiales naturales y combinarlo con el rendimiento de los productos sintéticos», explica Lee, quien se desempeña como directora creativa de Modern Meadow. Esta start up desarrolla Zoa: marca que elabora un símil cuero a partir de la modificación de células de levadura que generan un colágeno específico....ver nota completa