El próximo 20 de junio se conmemora el Día Mundial del Refugiado y de cara a esa fecha, Fundación ACNUR Argentina lanzó su campaña de concientización y recaudación “Ponchos Azules”, cuyo nombre es un guiño al espíritu solidario “o gaucho” de los argentinos.
En ese contexto, y tras conocer el trabajo que realiza ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) en todo el mundo, Benito Fernández se sumó a la iniciativa creando un diseñado único y especial: el Poncho Azul, que refleja tanto nuestros colores patrios como los de ACNUR a la vez que ostenta un colorido textil al frente que representa los telares de Argentina y del mundo.
Su finalidad no es la venta al público, sino que apunta a visibilizar el trabajo de la agencia y acercar donantes y voluntarios a su página oficial.
Para ello, se hicieron muy poquitas prendas que fueron probadas y comunicadas por diferentes celebridades como Valeria Mazza, Marley, Andrea Frigerio, Osvaldo Laport y Guillermina Valdes.
“Es una prenda con muchísimo movimiento; quise lograr algo más terrenal, más asociado a las sensaciones y no tanto a lo visual. Y hoy más que nunca, en un momento en el que este ‘no podés tocar nada’ nos va a pegar fuerte, es un poncho que invita a tocar y a sentirse querido y abrazado”, comenta el diseñador que aceptó además hablar de todo, de moda, cuarentena y crisis.
–¿Te parece que esta pandemia puede efectivamente “liberar” más energías solidarias en la gente?
-Soy un convencido de que palabras como solidaridad, resiliencia o inclusión terminarán siendo palabras con otra energía y otra resonancia para todos nosotros. Por lo menos para mí, seguro que sí. Yo saldré de esta pandemia de otra manera. Mucho más solidario y mucho mas concentrado en el otro. Y mi marca también.
-Es un momento delicado (ya lo venía siendo, pero ahora se extremó por completo) para la moda argentina. ¿Cómo lo vivís vos?
-Los últimos dos gobiernos fueron devastadores para la industria textil. Ahora con esta pandemia, por lo menos provocó que mi marca se reinventara desde las estrategias comerciales y de marketing; y también en lo global. Pero en lo económico, este virus no es más grave que los últimos dos gobiernos en lo que respecta al tratamiento de la industria textil.
-¿Por dónde creés que debería comenzar a revertirse eso? ¿Tenés alguna expectativa de mejora o reactivación con este gobierno?
-Tengo mis propias expectativas, sí, pero porque me pasé toda la cuarentena pensando nuevos caminos a seguir y nuevas estrategias. Por ejemplo, antes de la pandemia yo hacia 90% indumentaria y 10% accesorios. Ahora voy a hacer 40% accesorios y 60% ropa y eso es en parte porque la gente no se va a probar tanto, no se va a animar a entrar a los probadores.
Supongo que en todo el sector habrá empresas que buscarán reinventarse y salir adelante. Pero si no hay una clara decisión desde el gobierno, que hasta ahora nunca la mostró, de apoyar una industria que genera fuentes de trabajo, y planificar un apoyo constante a largo plazo no creo que venga la reactivación.
Una lástima porque hay un gran diseño en la Argentina, y eso es un valor agregado que hace que una industria sea tentadora, competitiva y pueda crecer y generar fuentes de trabajo que es lo que necesita un país como el nuestro.
-¿Es, como suele decirse, la competencia barata la principal amenaza para el sector? ¿No puede el diseño local actuar de contrapeso, quizá con precios un poco más bajos?
-Yo no le tengo miedo a la competencia barata. Uno tiene que proponer algo diferenciador. Coincido en que a través del diseño vos te podés diferenciar. E insisto que quiero que el gobierno nos acompañe. Para nosotros los diseñadores locales en general es muy difícil competir con precio.
Porque vos tenés mano de obra, en mi caso particular, 100% argentina donde los valores son otros que en China, por ejemplo. Por eso es muy difícil ser competitivos desde el precio, pero si podés ser competitivo desde otros lugares, de estrategia, de diseño o de concepto. Buscando que la marca tenga un ADN, una identidad.
-La última, ¿cómo estás lidiando a nivel personal con el encierro, los miedos, la ansiedad…?
–Este tipo de situaciones no me atemorizan, al contrario, me rebelan, me enojan. Creo que en definitiva me ayudan a crecer. Aparte a mí me gusta estar en mi casa normalmente, es algo que siempre protesto porque no puedo hacer tanto como quisiera.
Obviamente me impactan mucho las muertes, la crisis económica, el mundo paralizado. No soy yo solo. Eso indefectiblemente cambia la ecuación. Por ahí lo que más tengo es ansiedad de salir de esto ya y de plasmar todo lo que evolucioné, crecí y desarrollé en este tiempo. Estoy convencido de que de esto voy a salir de otra manera. Todos vamos a salir diferentes y fortalecidos.