Fuente: Clarín ~ Algunos frenan ventas o limitan las entregas hasta conocer los alcances y la implementación de las medidas.
«En el día de ayer, el Banco Central fijó nuevas pautas para la importación de mercaderías hasta el 30-9-22», arranca el mensaje que una marca líder de herramientas le envió a sus clientes por Whatsapp. En el mismo notifica que comenzarán a facturar en base a un dólar de $ 150 (esto es $ 20 por encima del oficial) y que «tal vez en algunos productos nos veamos obligados a restringir las cantidades a entregar«.
El caso expone la preocupación y la incertidumbre de fabricantes y proveedores de sectores como electrónica, indumentaria, calzado, autopartes, motos y bicicletas, entre muchos otros, por el reforzamiento del cepo a las importaciones. Hay otros mensajes que circulan donde se «informa que hasta nuevo aviso se cancelan las ventas debido a la inestabilidad cambiaria» o que «por el momento no estamos entregando pedidos por las restricciones de pago al exterior».
Son acciones puntuales y preventivas por las nuevas medidas dispuestas por la escasez de reservas, cuyos alcances están bajo análisis de empresas, importadores y bancos. Una de ellas establece un tope para acceder a los dólares del BCRA. Las empresas que superen el 5% de lo que importaron en 2021, tendrán que endeudarse a 180 días por su propia cuenta.
«Esto nos pega en la línea de flotación y tiene impactos en todos los frentes, incluso con el alto riesgo de parar las plantas«, se lamentó un ejecutivo de un fabricante de electrónicos de Tierra del Fuego. Dice también que todavía desconoce los alcances de las nuevas trabas, pero que se descuenta un encarecimiento de la producción y un inevitable traslado a los precios de venta.
Por ahora, según la mayoría de los consultados, adoptó una postura cautelosa: prefieren conocer bien los detalles dela circular A7532 de la entidad que conduce Miguel Angel Pesce antes de tomar acciones concretas. «Por ahora no tomamos ninguna determinación y estamos a la expectativa, pero sin dudas es un dolor de cabeza«, confió a Clarín una de las marcas internacionales de motocicletas que fabrica y vende en la Argentina.
Un importador de computadoras explicó las razones de tanta incertidumbre. «Se entiende lo que buscan con la resolución, pero la implementación es incierta«, dijo. Por un lado, hay muchas dudas sobre los criterios que tomará el Gobierno con respecto a los cupos máximos, por ejemplo. «Todavía no se sabe cómo se computarán las deudas contraídas, cuánto podremos importar y en qué condiciones«, enumeró el alto ejecutivo. De todos modos, aclaró que continuarán entregando mercadería mientras se despejan los interrogantes.
Desde ayer, ni bien se conocieron las medidas, se multiplicaron las consultas entre cámaras sectoriales, empresas y entidades financieras para comprender la nueva operatoria. Un mayorista y fabricante de indumentaria confesó que el endurecimiento del cepo no lo sorprende y que su sector (textil y confección) viene atravesando graves problemas desde el año pasado. «Ya no vendo al por mayor porque no me quiero desprender de la mercadería«, sostuvo.
En esta línea, el empresario describió que ya tenía complicaciones para ingresar las importaciones al país de muchos insumos vitales para elaborar prendas de calidad: hilados, telas y anilinas, entre otros. «Lo que vendés hoy no lo podés reponer con la misma calidad de confección, ni la misma materia prima», ejemplificó. El textil es uno de los rubros más protegidos por las políticas oficiales y uno de los que más aumentaron los precios, según viene revelando el Indec.
En principio, los importadores estiman que el nuevo cepo impulsará los precios, como mínimo, sin minimizar los riesgos de que se profundicen los faltantes, muy notorios en rubros como neumáticos o zapatillas. La exigencia de tomar deudas en el exterior para importar por encima del cupo tiene mayores costos. «La cobertura de cambio (por eventuales devaluaciones) cuesta 7 u 8% por mes, porque los pesos los tenés hoy pero el pago será en 6 meses», señalan.
Tomar créditos en dólares a 180 días implica contabilizar otros costos, entre ellos la inflación norteamericana (estiman 10% para el año) y la tasa del préstamo. Eso siempre y cuando el Central entregue las divisas en tiempo y forma.
Dentro del atomizado mercado de las bicicletas, las más perjudicadas por las nuevas medidas son las marcas internacionales, entre las que sobresalen Specialized y Scott. Las restricciones para importar las complica, aunque ambas decidieron armarlas en el país.
Desde Specialized explican que desde el año pasado, «no usamos los dólares del Central». Es decir que la compañía paga sus compromisos con el contado con liqui, cuyo precio cotiza muy por encima del oficial. «Resignamos rentabilidad para no perder mercado», justifican.