Subirse a un colectivo, no entrar en el asiento y que la persona de al lado la mire mal. Ir a comer a un restaurante y que su acompañante ocasional le diga cosas como «te vas a morir de un paro cardíaco». Escuchar desde la platea de un show de stand-up uno, dos, y hasta tres chistes seguidos con la palabra «gordo» usada de modo despectivo. Esas son solo algunas de las cosas que llevaron a Samanta Alonso, modelo plus size y actual directora de la agencia de modelos Plus Dolls, a convertirse en activista. «Activista gorda», aclara.
Como ella, son muchas las personas con sobrepeso que, después de décadas de burlas, exclusiones y violencia, se organizan en todas partes del planeta para pensar las formas en que se las oprime, la especificidad de su situación social y estrategias de resistencia. Con consignas como fat acceptance, body positivity, orgullo gordo o militancia gorda (como se dice aquí, en la Argentina) diversas agrupaciones se reúnen en torno de esta causa común y hacen oír sus voces en la esfera pública....ver nota completa ~ Fuente: La Nación ~